Ana Esther Laya Alcedo
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
aelaal92@gmail.com
Resumen
El presente estudio analiza el papel que realizó Joaquín Capelo entre 1901-1906 en la elaboración del proyecto de ley, los debates y la creación del Departamento de San Martín en Perú y la Corte Superior de Iquitos, como parte del proceso de la nacionalización de la Amazonía vía la administración política. En plena República Aristocrática, Capelo legisló como senador desde la oposición, representando al Partido Demócrata, y fue un ejemplo del ascenso de un ingeniero en el quehacer profesional, de producción de conocimiento y en el campo político. Este artículo se centra en la producción intelectual de Capelo y su influencia en la elaboración y posterior aprobación de un proyecto político-administrativo.
Palabras claves: Nacionalización, administración política, intelectual, Joaquín Capelo, Loreto, San Martín.
Introducción
El foco historiográfico en torno a la nacionalización de la Amazonía peruana de los últimos treinta años coincide con el interés por este tema en otros países sudamericanos. En el tránsito del siglo XIX al XX, para el Estado peruano era imperativo integrar la región oriental a su esfera administrativa y legitimar los derechos territoriales reclamados ante sus vecinos. En esa línea de reflexión, se ha hecho hincapié en la administración religiosa, la colonización, la articulación carretera, el desarrollo de economías de frontera y la administración política de la Amazonía1. La labor de Joaquín Capelo (Lima, 1852 – París, 1928) fue fundamental por su desempeño como ingeniero, funcionario y político en proyectos clave de la modernización en la Selva Central peruana y Loreto entre 1888 y 1906 (Laya, 2024, p. 243). Sin embargo, la participación de Capelo ha sido un tema poco tratado dentro de la exigua bibliografía que existe sobre este personaje.
Las tres facetas de Capelo (ingeniero, funcionario y político) son trazadas a partir de su amplia labor intelectual pues plasmó sus propuestas económicas, sociales y políticas en distintos artículos, libros, memorias y compilaciones. Es por esta razón que el presente artículo se centra en la influencia de la producción intelectual de Capelo en el proceso de creación del Departamento de San Martín y la Corte Superior de Iquitos entre 1901 y 1906. Ambos hitos definieron la historia amazónica de principios del siglo XX. Dicho proyecto político aspiraba a apuntalar la gobernabilidad y la integración de la porción territorial más grande y alejada del Perú, la cual fue un tema y una preocupación recurrente en las publicaciones de Capelo.
El presente artículo se sitúa dentro de lo que François Dosse denomina historia intelectual que “pretende dar cuenta de las obras, de los recorridos, de los itinerarios, más allá de las fronteras disciplinares” (2007, p. 14) y que en el aspecto de lo político “se quiere en la intersección de lo histórico y de lo filosófico” (2007, p. 244). Capelo fue prolífico en su actividad intelectual sus obras abarcan distintos temas ya de infraestructura, políticas estatales, denuncias sociales, modelos de educación, así como de reflexiones moralistas. Estos temas estaban vinculados a su quehacer público y el ejercicio de lo que Michael Mann llama el poder infraestructural, es decir, “la capacidad del Estado para penetrar realmente la sociedad civil, y poner en ejecución logísticamente las decisiones políticas por todo el país” (2006, p. 6).
La labor de Capelo como senador en la administración política implicaba la gestión de las divisiones territoriales a través de autoridades políticas y un aparato burocrático que articuló los tres poderes estatales: ejecutivo, judicial y legislativo en busca de la nacionalización de la Amazonía. Esto significaba su “incorporación territorial, política, económica y social en el proceso de construcción de las repúblicas andinas como estados-naciones, de las que componían entre un 40% y un 60% de la superficie nacional” (García Jordán & Sala i Vila, 1998, p. 7).
Desde el siglo XIX se consolidó en la Amazonía peruana una economía extractivista como modelo económico hegemónico y una frontera agrícola cuyo desarrollo era limitado por la falta de vías de comunicación (Espinosa, 2023, p. 84). Por esta razón a inicios del siglo XX, en Loreto prevalecía una economía de frontera poco integrada a la vida económica, social y política del contexto nacional, y era además “un área caracterizada por el desorden, la violencia y la inestabilidad en tierras de cara a otro país y en proceso de conquista” (Santos Granero & Barclay, 2002, p. 17). Sin embargo, desde la temprana república, el Estado “tomó medidas para dinamizar su economía promulgando leyes que promovían la colonización, la agricultura y el comercio” (Santos Granero & Barclay, 2002, p. 25) a fin de integrar dicha región a su soberanía2.
En todo esto, los ingenieros, como Capelo, jugaron “un papel estratégico en la incorporación de la Amazonía al Perú, vinculados a instituciones profesionales o por encargo de los sucesivos gobiernos” (Sala i Vila, 2006, p. 443) y se centraron en tres campos de acción: el territorio, los recursos naturales y la industria. La política estatal hacia Loreto tomó relevancia en el discurso político nacional y en el imaginario social, sin embargo, en la práctica se veía limitada por la insuficiencia fiscal, los conflictos de intereses entre las autoridades que participaban en las actividades comerciales y la explotación de mano de obra y el débil control y desconocimiento territorial. Capelo era consciente de estos obstáculos y se refiero a ellos en los debates en el senado.
Contamos con fuentes primarias como los textos de Joaquín Capelo publicados entre 1893 y 1904, como Memoria sobre el camino de Chanchamayo (1893), Memoria sobre el camino del Pichis (1893); Materia y Espíritu(1894), La Vía Central del Perú, libros I-II (1895), Sociología de Lima, libros I-IV (1895-1902), Registro oficial del departamento de Loreto del comisionado especial del supremo gobierno Dr. J. Capelo (1900) y División del Departamento de Loreto (1904). Para el proceso de creación del Departamento de San Martín y la Corte Superior Iquitos son centrales el proyecto de ley, informes, cartas, los Diarios de Debates de la Cámara del Senado (DDS) y Diputados (DDD) y leyes publicadas en El Peruano, extraídos del Archivo y la Biblioteca del Congreso de la República. En cuanto al contexto, nos apoyamos en El Comercio (Lima) y El Imparcial (Iquitos), obtenidos de las bibliotecas del Congreso, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Biblioteca Nacional del Perú. Todo esto complementado con bibliografía especializada en la figura de Capelo y en la historia de Loreto y San Martín y del Congreso de la República.
Joaquín Capelo, formación profesional y trayectoria pública
Capelo fue un ingeniero civil, funcionario, político, activista social, catedrático e intelectual. Estudió en la Facultad de Ciencias de San Marcos de la que obtuvo la licenciatura en 1870 y el grado de doctor en 1872. Fue reconocido como ingeniero civil por la Junta Central del Cuerpo de Ingenieros y Arquitectos del Estado. Trabajó para el Estado peruano por más de veinte años, primero ejerciendo de “jefe de la Sección de Obras Públicas en el Ministerio de Gobierno (1883-1886), después de ingeniero inspector del camino de Chanchamayo (1888-1893), director del camino del Pichis (1891-1893), director de Fomento (1896-1899), comisionado especial y prefecto de Loreto (20.11.1899 – 30.04.1900) y senador por Junín (1901-1912)” (Sala i Vila, 2006, p. 459).
Su trayectoria daba cuenta de su labor ingenieril, su proyección política y su estrecho vínculo con la Amazonía dedicando “su labor intelectual tanto a actividades vinculadas con su especialidad donde mostró interés por la integración del territorio como a estudios influidos por el positivismo” (Sala i Vila, 2006, p. 459). Cabe decir que los ingenieros tuvieron por campo de acción el territorio, los recursos naturales y la industria y “fueron valorados como artífices del progreso, lo que les permitía ser tomados en cuenta como voz autorizada para guiar las decisiones que implican la modernización del país” (Laya, 2022, p. 134).
Es importante considerar la membresía de Capelo a distintas instituciones, como catedrático de curso de álgebra superior y otras materias de San Marcos desde 1871. Enseñó cursos de matemática y física en la Sociedad Amantes del Saber (SAS) (1870-1879) a través de la Escuela de Artesanos (Rodríguez, 2011, p. 9-11). Era socio activo de la Sociedad Geográfica del Perú de la cual fue vocal varias veces desde 1898. Formó en 1899 la Sociedad Nacional de Ingenieros (SNI), institución hecha a imagen y semejanza de la Sociedad de Ingenieros del Perú (SIP), lo que generó confusiones y conflictos por el nombre en los que Capelo estuvo en medio (López Soria, 2003, pp. 20-21).
Fue un frecuente colaborador de El Comercio que dio amplio espacio a su labor ingenieril, administrativa y política. También publicó en la revista El Siglo (1874-1879) del SAS, el Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima(SGL), El Ateneo (1901) y en la revista Contemporáneos en 1909. En ese mismo año, fundó junto a Dora Mayer y Pedro Zulen, la Asociación Pro-Indígena (API), de la que fue presidente hasta mayo de 1916, defendiendo los derechos laborales y la educación indígena en el Senado a través de proyectos de ley y a través de El Deber Pro-Indígena (1912-1916) (López Soncco, 2022, p. 25).
No podemos olvidar que Capelo fue miembro del Partido Demócrata (del que llegó a ser presidente en 1913), amigo y colaborador cercano de Piérola, a quien defendió en la prensa, en el Congreso y en sus publicaciones como un adalid del progreso. También fue cercano al padre Gabriel Sala, sacerdote franciscano que promocionó el camino del Pichis como la ruta más corta para llegar a Iquitos y de quien elogió “su criterio científico, y espíritu de verdad”(Capelo, 1897, p. VIII). Más adelante forjó una amistad estrecha con Zulen, quien fue su alumno en San Marcos y compañero en el API.
Imagen 1: Retrato de Joaquín Capelo (1898)

Fuente: Archivo Courret. Biblioteca Nacional del Perú. Imagen de dominio público (PDM 1.0), https://bibliotecadigital.bnp.gob.pe/items/b315b0cb-e390-405a-9496-854734c4d303
Pensamiento sobre la Amazonía en sus publicaciones
Capelo sintetizó toda su labor profesional, administrativa y política en sus publicaciones. Sus trabajos tenían un enfoque filosófico, sociológico y científico. En la mayoría de sus publicaciones está presente la Amazonía de forma explícita o implícita. En su pensamiento filosófico, Capelo mostró influencia del positivismo a través de Herbert Spencer, con su visión “de las sociedades como organismos, como una vida súper-orgánica” (Morse, 1973, p. 12). También se apoyó en Gottfried Leibniz, “de quien tomó la idea de la sociedad como ser vivo y la teoría de las monadas para su ley moral; de Arthur Schopenhauer tomó la idea de la precedencia y primacía de la voluntad sobre el intelecto, y de Georg Hegel, el orden ascendente de la sociedad” (Ruiz, 2021, pp. 24, 28-29). Era un hombre creyente en Dios y admirador del trabajo de la Iglesia católica, en especial de las misiones religiosas en el Oriente.
En el ámbito sociológico, Capelo estuvo guiado en su juventud por “el liberalismo político y económico, un discurso democratizador e igualitario, cuyo ejemplo veía en Estados Unidos y en la Francia republicana” (Ruiz, 2021, pp. 30-31). Posteriormente, a partir de sus 40 y 50 años, “defendió el capital nacional, condenó los monopolios y las exacciones de éstas” (Ruiz, 2021, p. 32). En consonancia con ese pensamiento: “apostó por la ampliación del mercado interno, el salario generalizado y justo, crédito para medianos y pequeños propietarios, elevación cuantitativa del nivel de vida de las grandes mayorías” (Llosa, 1987, pp. IV-VII). Respecto a su pensamiento científico, Capelo aplicó las ciencias matemáticas para sus cálculos, estudios e informes sobre los caminos, los puentes y la naturaleza. Usaba el sistema métrico decimal para calcular distancias, alturas, resistencia y fuerza. Se valió de la estadística para sistematizar datos y señalar comparaciones, indicadores y presupuestos.
Sus estudios, informes y reflexiones sobre la Amazonía referían principalmente tres temas: la población (nativa y colona); gobernabilidad (territorio, caminos y administración) y la economía (industria y comercio). Sobre los nativos, Capelo destacó su “temor a Dios”, su “virilidad e inteligencia, pese a que no eran pocas veces que se refiere a ellos como chunchos” (Laya, 2024, p. 245) y los comparaba “con las moneras” (Capelo, 2021, pp. 130-131). A los colonos, los clasificaba de forma ascendente al chino, el peruano y el europeo, destacando a los dos primeros porque “están acostumbrados a vivir con frugalidad y dan buenos resultados, mientras que el tercero es muy costoso y rehúye de todo trabajo personal” (Capelo, 1893c, p. 16) y reclamaba que “antes que inmigración deseamos regeneración, antes que habitantes deseamos peruanos” (Capelo, 2021, p. 219).
Del territorio admiraba la naturaleza por su “vegetación exuberante y grandiosa” (Capelo, 1895b, p. 149) como un “lugar fascinante y solitario, las posibilidades en cuanto a estudio, exploración y explotación” (Laya, 2024, p. 248). Capelo tenía “la convicción arraigada y profunda de la necesidad de los caminos para el progreso y la existencia de la Nación, la comunicación con el viejo Continente, por las vías fluviales del Oriente” (Capelo, 2021, p. 368). Defendió “la vía del Pichis ante el Estado pese a las controversias por su trazo, abandono entre 1894 y 1895 y tedioso recorrido”(Laya, 2022, p. 10). De la administración criticó de forma implícita a autoridades de la Amazonía al indicar a “gobernadores de distritos, comisarios rurales como fundados en la gratuidad de servicios” (Capelo, 2021, p. 422). Dirigiéndose al pueblo de Iquitos, sostuvo que “el gobierno nacional mira Loreto con el más patriótico interés, fecundada con experiencia, dinero y brazos y que aspiráis al más alto nivel de progreso”. De la economía de la Amazonía, Capelo la vinculaba estrechamente con los caminos, recabó información detallada sobre la razón precios en la plaza de Iquitos, en cuanto a importación, exportación, aduana, negocios y lanchas (Capelo, 1900b, pp. 3-39).
Labor en la Amazonía antes del senado
Como se mencionó líneas arriba, Capelo estuvo vinculado a los proyectos de modernización de la Amazonía, específicamente de la Selva Central y Loreto entre 1888 y 1906. El primer proyecto se relacionó al “acondicionamiento, articulación y gestión del territorio. La construcción de caminos para los ingenieros “facilita la comunicación, el traslado de las poblaciones, promueve el transporte e intercambio de bienes y fortalece la gobernanza”(López Soria & Lizarme, 2020, pp. 59-63). Su labor como ingeniero inspector del camino de Chanchamayo, le permitió conocer in situ las condiciones y necesidades de dicha zona en la que “el gobierno depositó gérmenes de vida para asegurar la existencia y progresivo adelanto de los centros de actividad allí creados” (Capelo, 1893a, p. 3). Como director del camino del Pichis, se encargó del trazado y habilitación de un camino provisional que debía ser la “vía central interoceánica” (Capelo, 1895a, p. IV) y por la que “queda establecida de hoy en adelante y para no interrumpirse más la unión comercial de los departamentos de Junín y Loreto” (Capelo, 1893b, p. 26). En el tiempo que se desempeñó como director de Fomento continuó vinculado a la vía del Pichis impulsando su conservación y prolongación.
El segundo proyecto fue de tipo administrativo, es decir, la planificación, organización, ejecución y gestión de políticas estatales. Capelo, como comisionado especial del gobierno y prefecto de Loreto3, fue enviado en una situación crítica tras la revolución de Emilio Vizcarra4. Se encargó de nombrar “nuevo personal en la prefectura, subprefecturas, caja fiscal, aduana, aduanillas, pues, según su criterio, se habían puesto en algunos casos personas que no cumplían con las competencias” (Laya, 2020, p. 27). Creó capitanías, amplió facultades a los funcionarios. Coordinó con el gobierno central la pacificación de la región, que “ayudó a calmar la situación, pero era consciente que no era suficiente para solucionar la situación de Moyobamba y Loreto” (Laya, 2020, p. 29). También planificó la aplicación de la ley de Tierras de Montaña de 1898 en el departamento que vinculó a la mejora de los caminos. Reformó el correo central, estableció el estanco de sal, regularizó a la aduana con una sección de Estadística y gestionó la construcción del muelle de Iquitos5.
Capelo y Loreto a inicios del siglo XX
El tercer proyecto fue de tipo político, desde su puesto de senador, con el proyecto de ley materia de este artículo, como la síntesis de toda su experiencia en la Amazonía y la fase culmine de la nacionalización de la Amazonía en el parte nor-oriental. Para entender la gestación de la propuesta legislativa es necesario ponernos en contexto. Para 1901, Loreto medía unos 747.296 km2 y se dividía en seis provincias: Alto Amazonas, Bajo Amazonas, Ucayali, Moyobamba, Huallaga y San Martín6. Geográficamente las tres primeras formaban la zona fluvial y las tres últimas, la montañosa o interfluvial. En 1897, con el traslado de la capital a Iquitos, las provincias interfluviales, por su lejanía de dicho centro, experimentaron una depresión económica, disminución poblacional, desatención política y administrativa. Su comercio consistía en Moyobamba con los sombreros de paja7 y una agricultura incipiente (de la que destacaba San Martín con las plantaciones de tabaco8).
A esto se sumaba el ámbito judicial, pues para 1901 el departamento de Loreto dependía de la Corte Superior de Cajamarca, lo cual ralentizaba los procesos judiciales y devenía en una ineficaz solución de las causas civiles y criminales. En ese mismo año la provincia de Ucayali se desligó de la jurisdicción judicial de San Martín (Congreso de la República, 1901b, p. 563), lo cual, si bien disminuyó su carga administrativa, no mejoró la atención de los casos judiciales, peor aún, en 1905 se reportaba que hacía un año que la provincia de Moyobamba, de la cual dependían Huallaga y San Martín, carecía de juez de primera instancia (Congreso de la República, 1904c, p. 232). La razón de esta grave situación se atribuía al magro sueldo de los jueces.
Estas dos problemáticas llevaron a que en 1901 se presentara un proyecto de ley en el Congreso por los senadores Joaquín Capelo, por Junín, y Juan M. Loli, por Ancash, planteando la creación del departamento de San Martín, una corte superior en Iquitos y otras leyes conducentes a la conservación del orden interno de la Amazonía peruana, el resguardo de las fronteras, afianzar el control del gobierno central y potenciar en comercio en las rutas fluviales. Pasaron cinco años entre debates, hubo resistencias al considerarlo un gasto innecesario y poco fructífero, una vez superado esto, se centraron en la elección de la capital del nuevo departamento y la escala de sueldos del personal prefectural y de la corte, hasta que se promulgaron en 1906 las leyes que crearon al Departamento de San Martín y a la Corte Superior de Iquitos.
Dentro de todo este proceso la participación de Capelo como principal autor del proyecto de ley original fue significativa por su experiencia en la Amazonía. Siendo senador por el Partido Demócrata era “oposicionista, de verbo cálido y dialéctica arrolladora, respetado y tal vez temido por sus adversarios” (Benvenutto, 1921, p. 53), principalmente del Partido Civil, que cuestionaron su conocimiento del territorio y la conveniencia de su proyecto. Capelo enfatizaba la urgencia de coadyuvar al progreso social y económico de los territorios involucrados y el control del gobierno central. En la práctica no tuvo el alcance que se esperaba, pero sí constituyó una mejora en contraste con la situación previa a la creación de las entidades política y judicial. Probablemente su intensa actividad intelectual como docente y escritor le ayudó a desenvolverse como orador y a argumentar sus propuestas. Además, al ser de fácil acceso sus publicaciones y salir en la prensa, era conocido su pensamiento y labor en la Amazonía, lo cual lo convertía en una autoridad en el tema.
Elección de Joaquín Capelo como senador
La elección de Capelo como senador estuvo rodeada de controversia, pues tuvo la opción de representar a Loreto o a Junín. En Loreto su candidatura estuvo involucrada en denuncias a la Junta Electoral de fraude y de designación de candidatos ajenos a la región (El Comercio, 30 de julio, 31 de julio y 27 de agosto de 1900). El 1° de agosto de 1901 el corresponsal en Iquitos del periódico El Comercio informó que había sido designado senador propietario por Loreto (El Comercio, 23 de septiembre de 1901, p. 1). Sin embargo, Capelo ya había sido designado senador propietario de Junín y también estuvo cuestionado dicho nombramiento, pues se decía que lo favoreció el presidente del Senado Luis Normand, al ser ambos demócratas (El Comercio, 27 de julio de 1901, p.1). Esto coincidía con el mencionado quiebre de la alianza entre demócratas y civilistas, pues el otro candidato Leonidas Cárdenas era de miembro del Partido Civilista y ya había sido senador en anteriores periodos.
Durante las juntas preparatorias “los senadores F. Valderrama, Juan O. Peralta y Felipe Fernández9 protestaron por la incorporación de Capelo por Junín, alegando que fue llevada a cabo por exclusiva autoridad del presidente de la mencionada junta y exigían regularizar aquel acto en guarda de los derechos y atribuciones del Senado (Congreso de la República, 1901b, p. 14). Mientras “el senador Rodulfo sostuvo que la Junta Electoral Departamental de Junín remitió las credenciales de Capelo, sin reclamación alguna y lo proclamó senador sin contradicción de sus atribuciones. El senador Olaechea reclamó que nueve o diez senadores pretendían la nulidad de la incorporación de Capelo, pese a la regularidad del proceso y que dos o tres de los que suscriben la nota se han incorporado por primera vez al Senado junto con Capelo. Pese a todo, Capelo quedó incorporado en 3 de agosto de 1901 en las comisiones de Principal de Legislación, Obras Públicas y Premios” (Congreso de la República, 1901b, pp. 18-38).
En esa época el Congreso era bicameral, con senadores y diputados. La renovación de los legisladores de ambas cámaras se realizaba por tercios cada dos años, los senadores se elegían por circunscripción departamental y los diputados por circunscripción provincial (ONPE, 2002, p. 7). Estaba vigente la ley electoral de 1896 que creó la Junta Electoral Nacional, “un ente supremo y centralizado en la capital que se hizo cargo del proceso, desde el censo electoral hasta la proclamación del presidente de la república y de los miembros del Congreso” (Peralta, 2011, p. 2). Lo más resaltante de esa ley fue el requerirse ser alfabeto, lo que excluyó a la mayoría indígena, y que integración de los órganos electorales entre los mayores contribuyentes (Peralta, 2005, pp. 92-93). Entre 1895 y 1900 perduró la alianza entre el Partido Civilista y el Demócrata, cuyo quiebre se aceleró en las elecciones del tercio legislativo de principios de 1901, en dicho acto se advirtió la intervención del gabinete ministerial en favor de los candidatos civilistas10. Fueron derrotados los demócratas, quienes entre 1901 y 1903 fueron desplazados del poder.
Entre 1901 y 1906 se produjeron tres reglamentos: el de 1901, 1902 y 1904. Coincidían en lo referente a las sesiones como la apertura por el presidente de cada cámara y lectura de la minuta anterior; las proposiciones, que podían admitir adiciones y pasar a la comisión correspondiente; las comisiones, que podían ser por cámaras y una mixta; las discusiones, en las que aprobado un proyecto en la cámara de origen pasaba a la cámara revisora de la otra11. Las discusiones entre civilistas y demócratas eran recurrentes acusándose mutuamente por su trayectoria política y a sus respectivos líderes. La Amazonía fue un tema recurrente en estos años destacándose los debates por el proyecto del ferrocarril al Oriente hacia el Ucayali y el Marañón, la Vía Central, los presupuestos, las tarifas aduaneras y las lanchas para Loreto, y el proyecto materia del presente estudio.
Imagen 2. Mapa de ferrocarriles del Perú (1906) trazado por Camilo Vallejos

Fuente: Litografía y Tip. Carlos Fabbri. Biblioteca Nacional del Perú, Imagen de Dominio Público (PDM 1.0), https://artsandculture.google.com/asset/map-of-the-railways-of-peru-camilo-vallejos/VQGxmr2tlwxlfw?hl=es
El proyecto de ley y sus primeras observaciones
El proyecto de ley propuesto por los senadores Capelo y Juan M. Loli (Senador propietario por Ancash) fue presentado al Senado el 14 de agosto de 1901. Por estar las provincias de Moyobamba, San Martín y Huallaga desprovistas de caminos y casi aisladas de los más importantes centros, demandaba por la densidad de su población y gran riqueza agrícola e industrial de un departamento independiente12. Por eso plantearon la creación del departamento de San Martín, la creación de una corte superior con sede en Iquitos y jurisdicción en los dos departamentos señalados, y el establecimiento de un apostadero militar en Puerto Bermúdez con dependencias en Leticia y otro que estableciera el gobierno. Cabe notar que en ningún documento o sesión registrada en el Diario de los Debates se pronunció Loli sobre el proyecto, tampoco hay referencia, por lo menos hasta ese año de alguna propuesta o deserción suya relacionada con la Amazonia. Parece que solo fue adjuntado su nombre para apareciese como la propuesta de dos senadores. Quizá con la intención no personalizar el asunto y que la figura de Capelo no opacase el proyecto.
El proyecto fue considerado de vital importancia e inaplazable por las comisiones de demarcación territorial y de gobierno en el Senado en 1901. Luego se pidió que el prefecto de Loreto, la Sociedad Geográfica de Lima (SGL) y otras personas particulares emitiesen sus informes sobre el departamento13. El prefecto de Loreto, Pedro Portillo en su informe el 24 de mayo de 1902 opinó que “por la escasa población, falta de vías de comunicación y el poco adelanto de las industrias en las provincias interfluviales no era conveniente la división proyectada y sugirió que la provincia de Moyobamba fuese anexada al departamento de Amazonas”14. En 1903 el contralmirante Melitón Carvajal señaló que “por su despoblación y decadencia de la exportación de sombreros de paja no convenía la existencia del nuevo departamento. La existencia de la Corte Superior solo podía justificarse si podía ser sostenida por los fondos departamentales”15.
Palacios Mendiburu remarcó que “los habitantes de la zona montañosa vivían de la agricultura y burocracia, tenían difíciles sendas de a pie que obligaban a largos y penosos viajes, y se despoblaba. Por estas circunstancias refirió que la división del departamento de Loreto era conveniente, inaplazable e impuesta por la situación presente en estas regiones”16. Rivera manifestó que “el mayor beneficio que se podía hacer a Loreto era dejarlo como estaba, nombrándose autoridades honradas y sagaces, construir un camino entre Yurimaguas y Moyobamba y mejorar el que existía por Chachapoyas y Cajamarca”17. El 17 de septiembre de 1903, el Consejo Directivo de la SGL aprobó con modificaciones el informe de Carvajal, concluyendo “la conveniencia de formar con las provincias de Moyobamba, Huallaga y parte de San Martín un departamento llamado Huallaga con capital en Moyobamba y el departamento de Loreto quedaría con las provincias de Alto Amazonas, Bajo Amazonas y Ucayali, la formación de las comandancias marítimas del Alto Ucayali y del Madre de Dios, el establecimiento de un apostadero con conexión a la Vía Central y otro en Madre de Dios y era conveniente la creación de una Corte Superior en Iquitos”18.
Hasta esta fase del proyecto se vieron las condiciones de la administración política mediante los informes y la opinión de autoridades y órganos consultores. La concepción del Oriente se veía fragmentada y pesimista, y salvo en el caso de Palacios Mendiburu, se pretendía mantener la situación vigente pese a los escollos que presentaba. Paradójicamente, la nacionalización de las provincias montañosas no estaba en cuestión, pero las de las provincias fluviales a las que se estaba prestando más atención sí. El poder infraestructural del Estado peruano se veía limitado por cuestiones logísticas, económicas y políticas. La labor intelectual de Capelo se vinculaba a esto por la publicación del proyecto y los informes en la División del departamento de Loreto en 1904.
Primera etapa de debates en la Cámara del Senado
En 6 de octubre de 1903, volvió el expediente al Senado, y con fecha 20 la Comisión de Gobierno emitió su dictamen en el proyecto sustitutorio en minoría: “planteaba los límites del departamento de Loreto, la creación del departamento de San Martín con las provincias de Moyobamba, Huallaga y San Martín con capital en Moyobamba, el establecimiento del apostadero en Puerto Bermúdez y la Corte Superior en Iquitos y que la Comandancia Principal de los Tercios Navales vigilen y gobiernen el tráfico de los ríos”19. Mientras Benigno de La Torre20, propuso que la capital del nuevo departamento debía ser Tarapoto por ser más central21. En sesión de 22 de septiembre de 1904, el senador Capelo aceptó el proyecto sustitutorio (Congreso de la República, 1904b, p. 398).
Hubo un largo debate principalmente entre los senadores Colunge, Tovar, Rodulfo22 y Capelo, sobre el proyecto. Mientras “Colunge consideró que no existían los elementos de riqueza indispensables para darle vida propia. Tovar dijo que lo concerniente a los límites traería graves inconvenientes con las naciones vecinas. Rodulfo remarcó que no encontraba dañosa la división de Loreto, adujo que para que se progrese era necesario vivir, que las provincias montañosas debían gobernarse políticamente por alguien y que al ser barata la vida en la ciudad de Moyobamba no se requeriría mucho gasto” (Congreso de la República, 1904, pp. 398-406).
En medio de todo, Capelo “apeló al corazón peruano y conocer Loreto, se opuso a un aplazamiento del proyecto, dijo que Portillo ocultó que no le fue posible gobernar las tres provincias montañosas como no pudo él cuando fue autoridad. Insistió en que la división estaba impuesta por la naturaleza y sobre la corte aseveró que sería garantía de los millones de soles que se movían en Iquitos y que el apostadero sería para la defensa de los territorios del oriente” (Congreso de la República, 1904b, pp. 400-407). De acuerdo con estos argumentos, la situación de las provincias interfluviales era desesperante, Capelo se mostró indignado con Portillo, quien ya llevaba tres años de prefecto, más tiempo que Capelo y no dio solución al problema. Las autoridades locales y particulares frenaban el proyecto, y sin la corte y el apostadero se perdía dinero y soberanía.
En sesión de 23 de septiembre de 1904, los senadores Icaza Chávez, Almenara Butler y Colunge dieron su apoyo a la creación del Departamento de San Martín y la Corte Superior de Iquitos. Salvo el senador García23, los que se pronunciaron apoyaron a Tarapoto como capital. Capelo refirió que “propuso a Lamas como capital por su ubicación céntrica en el territorio, pero viendo que el debate era entre Tarapoto y Moyobamba, le era indiferente cualquiera de ellas. Consideró que Moyobamba era más cercana a la costa, mas no tenía vida propia como San Martín, por eso se mostró partidario de que Tarapoto fuese designada capital” (Congreso de la República, 1904b, pp. 418-419). Esgrimió los caminos y el comercio como puntos a su favor, eran parte de su experiencia y su anhelo de “expandir los caminos para conseguir el crecimiento del comercio, la integración poblacional y la gobernabilidad” (Rodríguez, 2011, p. 19). La propuesta de los apostaderos finalmente fue retirada. Capelo tuvo que aceptar la reducción de su proyecto, quizá con la esperanza de volver a plantear a futuro lo dejado de lado. Para él había “tres elementos indispensables para la vida nacional: escuela, justicia y caminos” (Rodríguez, 2011, p. 34) eso solo se conseguiría a través de la acción del Estado. Curiosamente no recibió ninguna adición de parte de los representantes por Loreto, al parecer no era su prioridad.
En esta primera etapa de debates del Senado quedó definido el trámite del proyecto centrándose solo en la creación del Departamento de San Martín y la Corte Superior de Iquitos. Este era un importante paso para la administración política, se reunía las mismas condiciones que otras divisiones políticas de menor población y extensión territorial. La justicia fue una preocupación constante en Loreto, causas civiles y criminales que tardaban meses o que simplemente no se concretaban por la ineficiencia, recurriéndose a arreglos extrajudiciales donde el dinero y la violencia estaban presentes. Para la nacionalización eran importantes los valores, la historia, las relaciones con Lima y la costa, pero para los senadores más pesaba la cuestión económica y geográfica. El poder infraestructural en la región estaba en proceso de ser apuntalado mediante los acuerdos que se lograban para avanzar en la promulgación de leyes conducentes a la gobernabilidad. La actividad intelectual de Capelo se refleja en sus argumentos de índole administrativo, geopolítico y económico que acompañaron sus estudios y reflexiones sobre la Amazonía.
Imagen 3: Cuadro de la división política del Perú del 31 de diciembre de 1906 por Carlos J. Bachmann (Departamentos de Loreto y San Martín)

Fuente: Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima (1906). Memoria anual y anexos 1906. Año XVI – Tomo XX. Lima, p. CXV.
Debates en la cámara de diputados
El proyecto fue enviado a la Cámara de Diputados el 5 de octubre de 1904. Entre agosto y septiembre de 1905 “las comisiones de demarcación territorial, gobierno, de justicia y presupuesto aprobaron la creación del Departamento de San Martín con capital en Moyobamba y la jurisdicción de la Corte Superior de Iquitos” (Congreso de la República, 1905b, pp. 636-638). Se esgrimió la distancia a la capital, la instrucción, la población y el comercio, había más un peso de características sociológicas. Probablemente, por ser la representación provincial había una atención más detallada a temas locales. La escala de sueldos y materiales solo se igualaron por comparación a departamentos similares.
Para el 26 de agosto de 1905, “la comisión Principal de Justicia señaló que era imperiosa la necesidad de establecer la corte en Loreto para garantizar eficazmente los derechos de los particulares en las diversas controversias que ahí se suscitan, la inmensa distancia de Cajamarca causaba perjuicios y daños irreparables a los litigantes. Se reprodujo el informe del 3 de octubre de 1900 de la Corte Superior de Cajamarca, la cual se opuso a la creación de la corte superior en Iquitos por “su poco movimiento judicial, la falta de personal idóneo y recomendó mejorar los caminos y el servicio de correos” (Congreso de la República, 1905b, pp. 492-494). El informe de 26 de agosto de 1901 del Supremo Tribunal de Justicia en Lima que respaldó la posición de Cajamarca, considerando prematura la creación de la proyectada corte. El tema de la corte había generado rechazo entre los entes rectores de la justicia probablemente porque el Departamento de Loreto “contribuía al sostenimiento de la Corte Cajamarca con la suma de 3800 soles por año, el mayor ingreso de sus rentas, su rango político y frecuentes relaciones con las Repúblicas del Ecuador, Colombia, Brasil y Bolivia” (El Imparcial, 4 de noviembre de 1911, p. 1).
En la sesión de 18 de septiembre de 1905, los diputados Durand, Cornejo, Núñez del Arco, Lavalle, Ráez y Valcárcel24 discutieron el número de vocales y el aumento de sueldos del personal de la corte superior. Considerando el costo de vida de Loreto, se aprobó la cantidad de cinco vocales y el aumento requerido por haberes y local de la corte superior. Durante el debate del 2 de octubre de 1905, participaron principalmente los diputados Valcárcel, Pereyra25, Lavalle26 y Cornejo. Valcárcel y Pereyra esgrimieron argumentos de gratitud y patriotismo en la elección de Moyobamba como capital. Lavalle afirmó que “cuando Moyobamba era capital tenía 18,000 habitantes y apenas le quedaban 8000, creía que, si se le devolvía esa condición, recuperaría su antiguo esplendor” (Congreso de la República, 1905b, pp. 640-652).
Mientras, “Cornejo refirió Tarapoto tenía relaciones comerciales con Yurimaguas e Iquitos y que los prestigios históricos de Moyobamba se borraron por su decadencia económica y social. Hizo hincapié en que la industria del tabaco en San Martín producía más de 100,000 soles al Erario y que la Sociedad Geográfica se equivocó en sus informes. La segunda parte que “declaraba a Tarapoto como capital fue desechado por mayoría de votos, habiendo solo 18 a favor, se aprobó por votos la propuesta de Moyobamba” (Congreso de la República, 1905b, pp. 643-661). Los elementos patriotas y geopolíticos eran muy importantes en el contexto de las disputas fronterizas y de cara al reforzamiento de la peruanidad al menos en el discurso oficial. A eso se sumaba la experiencia de Moyobamba como capital durante larga data en Loreto.
Tras los debates en la cámara de diputados se progresó bastante en el trámite del proyecto de ley. Quedó definida la Corte Superior con su personal y haberes acorde a las necesidades de Loreto, el Departamento de San Martín ya era casi una realidad, solo faltaba la elección de la capital. Las posiciones de la Cámara del Senado y de la de Diputados sobre el tema eran contrarias y signo de la futura rivalidad entre Moyobamba y Tarapoto. Aun debían someter la cuestión de la capital a más debates. La administración política apuntaba a mostrar mejoras en la organización territorial y el ejercicio de la justicia. La nacionalización del territorio cumplía un rol crucial en las tres provincias pues al considerárseles plenamente peruanas, siendo el nexo entre la costa y la sierra con las regiones fluviales, conocer y estar adaptados al clima tropical eran el elemento difusor de la integración de la Amazonía. El poder infraestructural debía apoyarse en la población, la gobernabilidad y el comercio para sostener su aparato burocrático, generar el movimiento económico y judicial, resguardar el orden y asegurar las comunicaciones. Aquí se nota que las ideas de Capelo sobre progreso, salario justo y defensa de lo nacional eran compartidas por algunos de sus contemporáneos, lo que definía las líneas del debate político y económico.
Segunda etapa de debates en la Cámara del Senado
En la sesión del 13 de octubre de 1905 se leyó todo lo acordado en la Cámara de Diputados respecto a la Corte Superior de Iquitos y la creación del Departamento de San Martín. Al respecto, “Capelo consideró aceptable la disposición de diputados igualando la escala de sueldos de San Martín con la del departamento de Cajamarca. Enfatizó que la capital debía ser Tarapoto como punto central del departamento. Morey apoyó dicha posición, aseveró que Tarapoto estaba llamada a ser en un futuro un importante puerto fluvial. García repitió su respaldo a Moyobamba por su industria de sombreros, su proximidad a la capital de la República y por haber sido antigua capital de Loreto”(Congreso de la República, 1905a, pp. 865-872). Capelo mostraba prisa porque el proyecto avanzara en su trámite, estuvo de acuerdo con las modificaciones y observaciones que hicieron con tal de que se concretara la creación del departamento y la corte.
Icaza Chávez manifestó que “en 1903 las rentas de Moyobamba fueron mayores a las de San Martín. Reconoció que no había estadísticas sobre la industria de sombreros, pero la extensión de su comercio daba a conocer su adelanto, también dijo que Tarapoto ofrecía la ventaja del comercio de ganado y ambas poblaciones tenían facilidades de comunicación idénticas con Lima” (Congreso de la República, 1905a, pp. 868-872). Icaza Chávez manifestó una posición ambigua entre Moyobamba y Tarapoto, para el apoyo a la primera se basó en la estadística para medir el movimiento escolar, pero para la industria solo sacó deducciones. Mientras reconoció para la segunda los aspectos que había resaltado Capelo y que él mismo había comprobado personalmente.
Capelo afirmó que “se mostró indiferente en un principio a que cualquiera de las poblaciones fuera la capital, porque su primordial propósito de conseguir la división del extenso departamento de Loreto. Manifestó que el primer proyecto de la división del departamento es el resto de un proyecto destinado al mejor gobierno del Oriente del Perú. Argumentó que Moyobamba en diez años de capital no hizo ninguna labor en pro de las vías de comunicación que debían unirla a Huallaga y Tarapoto, por eso se pronunció a favor de la elección de esta última. Respecto a los caminos indicó que se le envió a Moyobamba dinero, ingenieros, se hicieron estudios y no se obtuvo resultado” (Congreso de la República, 1905a, p. 870).
Esta segunda etapa de debates confirmó la divergencia entre las cámaras del Senado y Diputados respecto a la capital del Departamento de San Martín, Ya estaba zanjada la cuestión de la Corte Superior. En esa época los argumentos de ambos pesaban mucho por las necesidades de la economía de frontera y el proceso de nacionalización de la Amazonía. La administración política debía quedar cimentada por un cuerpo burocrático que pudiera hacer cumplir las políticas estatales y por instituciones que permitieran implementarlas rápidamente, Moyobamba cumplía con estas condiciones. Para sostenerlo en el tiempo era necesario contar con un movimiento comercial y vías de comunicación, ahí Tarapoto tenía la ventaja al vincularse la región fluvial y con conexiones terrestres y fluviales. En esa época Moyobamba y Tarapoto se complementaban, la nacionalización de las regiones orientales en el norte peruano pasaba por ambas ciudades y el poder infraestructural del Estado necesitaban de ellas para ejercer sus efectos. El papel de Capelo como intelectual se expresa en su crítica social, económica y política sobre Moyobamba y su relación con los caminos como eje de su idea de progreso.
Debates finales en el Congreso
En la sesión de Congreso del 10 de agosto de 1906, “se dio cuenta de los siguientes documentos: la resolución de la cámara de Senadores que insistió en la designación de Tarapoto como capital del nuevo departamento y el apoyo al mismo por parte del diputado por San Martín, Lino Cornejo” (Cavero Egúsquiza, 1928, p. 89). Capelo manifestó que “el proyecto que suscribió con el senador Loli perseguía dos fines básicos: dar vida a las tres provincias y dividir el extenso territorio de Loreto. Alegó que había una serie de intereses personales sobre la elección de la capital, creando de este modo convicciones difíciles de variar en el seno del Parlamento. Volvió a defender a Tarapoto por su ubicación céntrica. dijo que era indispensable tomar medidas en favor del progreso de las tres provincias” (Cavero Egúsquiza, 1928, pp. 90-91). El senador Rodulfo manifestó que en Moyobamba y Tarapoto se debían contemplar y estudiar el mayor número de comunicaciones, Tarapoto contaba con esto último. Puesta al voto la insistencia del Senado fue desechada por 68 votos contra 28 quedando así establecida Moyobamba como capital del nuevo departamento de San Martín.
Al final los argumentos en favor de Moyobamba y Tarapoto, quedaron a favor de la segunda, pero pese a la insistencia, en los votos primó la primera, quedando la promesa de que a futuro cuando el Departamento de San Martín hubiese desarrollado sus caminos y conexión con el resto del país, se cambiase la capital. Después de cinco años de intensos debates y la insistencia de Capelo, se aprobaba así una nueva demarcación política en la Amazonía peruana y la culminación de un proyecto político que tuvo en Capelo un proceso de maduración a partir de su experiencia, como ingeniero, funcionario y senador, y de su programa político, económico y social que hacía de las caminos las venas por donde debían circular la población, el comercio, las políticas estatales, elementos para apuntalar el poder infraestructural del Estado, controlar la administración política y propender a la nacionalización de la Amazonía.
El 4 de septiembre de 1906, mediante la ley N° 201 (El Peruano, 25 de septiembre de 1906, p. 1), promulgada por el presidente de la República José Pardo y Barrera, se creó el departamento de San Martín con su capital la ciudad de Moyobamba, teniendo como base el respeto y consideración a su legado histórico y su contribución a la construcción de la peruanidad. Se le asignó la misma escala de sueldos que regía en el departamento de Cajamarca. En ese entonces la coyuntura nacional e internacional obligaban a que se concentraran los esfuerzos del departamento de Loreto en defender los territorios limítrofes con los países vecinos y aprovechar las rutas fluviales para atender a sus provincias. Siguió habiendo dificultades como las distancias, las vías de comunicación, el centralismo y la corrupción, pero una vez creado el departamento de San Martín se le dotó de mayor presupuesto, burocracia, representatividad legislativa, más infraestructura.
El 6 de octubre de 1906 se promulgó la ley N° 230 (El Peruano, 12 de octubre de 1906, p. 1) que creó la Corte Superior de Iquitos con jurisdicción en los departamentos de Loreto y San Martín, compuesta de cinco vocales, un fiscal, un relator, un secretario, un amanuense y un portero, asignándole partidas anuales en el gasto de personal y material acorde al costo de vida de la ciudad de Iquitos. Esta nueva configuración de la administración judicial permitió la celeridad de las causas criminales y civiles en comparación del panorama anterior, pero tenía las mismas dificultades citadas anteriormente, sumado los intereses económicos del caucho y posteriores productos extractivos y la vulnerabilidad de las poblaciones nativas impidieron que la justicia alcanzase plenamente a Loreto y San Martín.
Repercusiones posteriores
Capelo fue senador hasta 1912 proponiendo en todo este tiempo proyectos de ley respecto a los caminos, las rentas fiscales, la instrucción, los trabajadores y la demarcación territorial. El partido Demócrata fue quedando relegado en el Congreso más aún con la muerte de su líder Nicolás de Piérola en 1913 y el derrocamiento de Billinghurst en 1914. Siempre prestó atención a la Amazonía porque vivió, planificó, gestionó y reflexionó sobre ésta dedicándole más de veinte años de su vida. Participó activamente en los debates sobre el ferrocarril al Oriente vinculándolo con la Vía del Pichis, en la reforma electoral, la reforma arancelaria, la delimitación fronteriza y la defensa nacional. A día de hoy es recordado en San Martín por ser el impulsor de la creación del departamento, mas no tanto su labor en pro de la Amazonía. En cuanto a la Corte Superior de Iquitos se reconoce que se debió a su obsesión por el Oriente. La labor de Capelo como intelectual fue transversal a toda su actividad política, pues argumentaba sus ideas influenciado por su pensamiento filosófico, sociológico y científico, y su extensa producción académica le servía de soporte y reconocimiento como una autoridad en el tema de la Amazonía.
Con el tiempo el Departamento de San Martín tuvo muchas modificaciones en su conformación territorial que conllevó a la creación de la Región San Martín por Decreto Ley N° 25666 el 17 de agosto de 1992 comprendiendo las provincias de Moyobamba, Rioja, Huallaga, Lamas, Mariscal Cáceres, San Martín, Bellavista, Picota y Tocache. La Corte Superior fue centro de atención entre 1911 y 1912 por el Escándalo del Putumayo. Décadas más tarde el 24 de octubre de 1998, el local de la Corte Superior de Loreto sufrió un incendio y un saqueo a raíz del enardecimiento de los pobladores en el contexto del Tratado de Comercio y Navegación en el que Perú reconocía al Ecuador acceso libre, perpetuo y gratuito al Amazonas y sus afluentes septentrionales.
- Ana Esther Laya Alcedo es Bachiller en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es autora de artículos y reseñas sobre la historia administrativa, política y discursiva de la Selva Central y Loreto y la figura de Joaquín Capelo. Ha trabajado en entidades públicas en archivo, trabajo de campo y es investigadora independiente.
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- Se cuenta con investigaciones como las de García Jordán & Sala i Vila (1998); Martínez Riaza (1999); García Jordán (2001); Santos Granero & Barclay (2002); Soria Casaverde (2007); Barclay (2009); Espinoza (2016); Talancha (2020) y Lossio & Molina (2023). ↩︎
- Según Barclay: “los habitantes de Loreto gozaron de la exoneración del pago de contribuciones (fuera civil, eclesiástica o judicial) desde muy temprano, cuando Maynas era una provincia del departamento de La Libertad, los cuales fueron prorrogados hasta después de 1887, pero en dicho año hizo extensivo a Loreto el pago de la patente industrial impuesta por la ley de descentralización fiscal y formalizó la creación de la aduana y el pago de derechos” (2009, pp. 92-93,106). Asimismo, fueron cruciales el Tratado de Libre Navegación entre Perú y Brasil en 1851 y el establecimiento del apostadero y una factoría en Iquitos en 1861. ↩︎
- El comisionado especial era un representante del gobierno al que se envestía de poderes especiales para negociar y tomar decisiones en su nombre (Laya, 2020, p. 25). Era enviado en circunstancias de inestabilidad política. Tenía sus antecedentes en Loreto en 1890 con la comisión especial de Samuel Palacios Mendiburu. ↩︎
- Ex prefecto de Loreto que se proclamó jefe supremo de la “Nación Selvática”, movimiento abiertamente separatista y denominado regenerador. ↩︎
- Más información en Capelo(1900a). ↩︎
- Sus capitales eran Yurimaguas, Iquitos, Contamana, Moyobamba, Saposoa y Tarapoto respectivamente. ↩︎
- De acuerdo con Cavero Egúsquiza: “esta fue una de las principales industrias de dicha provincia. La gran demanda comercial de este producto sobre todo desde Brasil hizo que alcanzara épocas de verdadero auge, pero por razones de orden económico para 1928 estaba muy reducida y apenas se importaba en pequeño porcentaje a Iquitos y Cajamarca” (1928, p. 203). ↩︎
- El botánico Werberbauer señaló en 1905 que el tabaco más fino del Perú era el de Tarapoto, también se exportó mucho al Brasil, pero con el establecimiento de un impuesto y el Estanco del Tabaco decreció notablemente (Cavero Egúsquiza, 1928, pp. 204-205). ↩︎
- Valderrama era senador propietario por La Libertad, Peralta suplente por el Callao, Fernández suplente por Puno (Congreso de la República, 1998, pp. 755-757). ↩︎
- Un elector por la provincia de Tarma acusó a la Junta Electoral de designar y no sortear la lista de los mayores contribuyentes para las juntas de registros y escrutadoras de provincias (Peralta, 2001, p. 198). ↩︎
- Congreso de la República (1901a, pp. 13-22); (1902, pp. 19-32); (1904a, pp. 16-28) ↩︎
- Congreso de la República (1904b, p. 283); (1906, f. 3-4); Capelo (1904, pp. 4-5). ↩︎
- Congreso de la República (1906, f. 7-9) ↩︎
- Congreso de la República (1904b, p. 284); (1906, f. 10-11); Capelo (1904, pp. 6-7). ↩︎
- Congreso de la República (1904b, pp. 284-289); (1906, f. 25-32); Capelo (1904, pp. 9-19). ↩︎
- Congreso de la República (1904b, pp. 289-291); (1906, f. 19-24); Capelo (1904, pp. 21-27). ↩︎
- Congreso de la República (1904b, pp. 292-294); (1906, f. 14-18); Capelo (1904, pp.. 30-34). ↩︎
- Congreso de la República (1904b, pp.. 294-295); (1906, f. 33-35); Capelo (1904, pp.. 35-38). ↩︎
- Congreso de la República (1904b, pp. 296-297); (1906, f. 36-39) ↩︎
- Senador por Puno (Congreso de la República, 1998, p. 763). ↩︎
- Congreso de la República (1904b, p. 297); (1906, f. 39). ↩︎
- Colunge era senador suplente por Cusco, Tovar propietario por Puno y Rodulfo propietario por Huánuco (Congreso de la República, 1998, pp. 767-769). ↩︎
- Senador propietario por Loreto (Congreso de la República, 1998, p. 767). Defendió a Moyobamba por su antigua condición de capital y porque Tarapoto se hallaba en un extremo más alejada de Lima. ↩︎
- Había dos diputados apellidados Durand, no se especifica si era Augusto (Pasco) o Juan E. (Dos de Mayo); Cornejo era diputado suplente por San Martín (Loreto); Núñez del Arco propietario por Chincha (Ica); Ráez propietario por Huancayo (Junín) y Valcárcel propietario por Camaná (Arequipa). ↩︎
- Diputado propietario por Celendín (Cajamarca). ↩︎
- Lavalle propietario por Moyobamba (Loreto). ↩︎


