Arturo E. García Niño
Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales
Universidad Veracruzana
eldel54@hotmail.com
Resumen:
Las huelgas, acciones colectivas y movimiento sociales acontecidos durante el primer tercio de la década de los años veinte del siglo pasado en la ciudad de Veracruz, México, han generado variados acercamientos y enriquecido la historiografía regional al grado tal de ser considerado, historiográficamente hablando, un corto periodo asediado. No obstante se ha dado poco seguimiento a los conflictos obrero-patronales y movilizaciones ciudadanas ocurridos en los años posteriores y concluyentes de la década. De ellos dan cuenta las siguientes líneas mediante un relato construido primordialmente con base en fuentes hemerográficas, que indaga en las incidencias externas e internas a esos conflictos en el contexto cambiante de la instauración del sindicalismo de Estado y la emergencia de leyes e instancias estatales; y extrae algunas consideraciones/interpretaciones.
Palabras clave: Veracruz, años veinte, conflictos obrero-patronales, sindicalismo, anarquismo.
Previo a los hechos
El primer tercio de los años veinte del siglo pasado en la ciudad de Veracruz, México, fue el más convulso de la década y de su historia por la emergencia de paros y huelgas impulsadas por los gremios portuarios, ferrocarrileros y electricistas, así como de acciones colectivas y movimientos sociales de variado origen con la participación de una ciudadanía tozuda y respondona que salió a las calles, tomó las plazas y tiñó de rojo y negro la vida cotidiana porteña. Inició con la huelga de los ferrocarrileros en la Compañía Terminal de Veracruz (transcurrida entre marzo-abril de 1921) y secundada por todas las organizaciones sindicales vinculadas laboralmente con la empresa administradora de la mayoría de las operaciones ferroviarias y portuarias en los patios, talleres, telégrafos, oficinas y muelles1. Dicha huelga inauguró esos années folles en lo que el diario Excélsior llamó “la ciudad de las huelgas” y llevó a que José Mancisidor titulara su novela sobre el movimiento inquilinario de 1922 como La Ciudad Roja (1932). Lugar donde su gente vivió –primordialmente en 1922 y 1923– intensos veranos y primaveras de la anarquía, dejando algunos saldos ejemplificantes que persistieron hasta bien entrada la década siguiente.
El contexto político nacional durante el cual transcurrieron esos primeros tres/cuatro años de la década fue el del arranque de la conformación del régimen emanado de la duradera y recurrente lucha armada entre las facciones encabezadas por los caudillos revolucionarios, el cual luego de tambaleantes y cambiantes acuerdos logró consolidarse mediante un proyecto de nación asentado bajo consenso en la Constitución de 1917. De ahí surgieron embrionarias instituciones, destinadas a la mediación y control de la inconformidad social manifiesta en las luchas de los sindicatos y las organizaciones ciudadanas nucleadas en la Confederación General de Trabajadores (CGT) y bajo la impronta del anarcosindicalismo, ideología hegemónica entre los sectores subalternos durante el tránsito de la segunda a la tercera década del siglo y ya bien avanzada ésta. Luego, la represión gubernamental y las disputas con el Partido Comunista Mexicano (PCM), creado en 1919 y dominado por la Cominterm, arrinconarían, encarcelarían y desaparecerían a los ácratas y éstos irían perdiendo terreno en los liderazgos gremiales y ciudadanos frente al creciente sindicalismo de Estado, representado por la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) desde 1918 y a partir de 1936 por la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
Inserta en dicho contexto, la ciudad de Veracruz fue escenario a partir de febrero de 1922 del movimiento social más importante de su historia: el movimiento inquilinario, aglutinador en el Sindicato Revolucionario de Inquilinos (SRI) del 80% de la población total porteña, la cual según el Censo de 1921 era de 54, 225 (Departamento de la Estadística Nacional, 1928)2. Y 1923 fue el año de la huelga general, resultado del emplazamiento por demandas de aumento salarial y prestaciones que hicieron el 9 de julio los trabajadores de la Compañía de Luz Eléctrica, Fuerza y Tracción de Veracruz (CLEFTV), quienes al no llegar a acuerdos con la empresa fueron a la huelga el 9 de agosto, generalizándose ella al sumarse los tranviarios, los trabajadores de las fábricas de hielo, de las fábricas de velas, de la Cervecería Moctezuma y del Ferrocarril Interoceánico, al igual que las uniones y sindicatos (de empleados de comercio, de albañiles, conductores de carros, trabajadores de hoteles y restaurantes, molineras y molineros, trabajadoras domésticas) acrisolados en la Federación Local de Trabajadores del Puerto de Veracruz (FLTPV)3, afiliada a la CGT creada en 19214. La huelga terminaría a fines de agosto (Landa Ortega, 1996)5.
Por entonces la CGT, en su periodo cumbre transcurrido de 1923 a 19266, mantuvo una dura lucha con la oficialista Confederación Regional Obrera de México (CROM)7, misma que anclada ya al sindicalismo de Estado y en crecimiento con el apoyo gubernamental, dominaba, unida a las autoridades, las juntas de conciliación y arbitraje, posición cimentada entre diciembre de 1924 y 1928, al arribar Luis N. Morones, su líder máximo, a la Secretaría de Industria y Trabajo. A dicha situación abonó el rompimiento de los vínculos estratégicos entre anarquistas y comunistas, con la consiguiente defección de los militantes de éste de la CGT: “los comunistas que son minoría prefieren retirarse [y] a seis meses de su nacimiento, la CGT se deslinda definitivamente del movimiento comunista” (Baena Paz, 1980, p. 300).
En la ciudad de Veracruz, los gremios cegetistas resistieron y lucharon frente a los cromistas, algunos de éstos con numerosa membresía y fuerza por su estratégica posición económica, como la Unión de Estibadores y Jornaleros del Puerto de Veracruz (UEJPV), impulsora de la Liga de Trabajadores de la Zona Marítima (LTZM) y de la Federación de Trabajadores de Mar y Tierra (FTMT), creada el 7 de febrero de 1925 (Agetro, 1942). Y a contrapaso de las directrices generadas desde la Comintern8, continuaron los vínculos y acciones conjuntas entre la combativa Local Comunista de Veracruz (LCV) y algunos integrantes del pequeño, pero activo y beligerante, grupo “Antorcha Libertaria”, quienes habían impulsado periódicos como El Frente Único, vocero de la Local Comunista y Guillotina.Órgano del Sindicato Revolucionario de Inquilinos, entre 1922-1923 y 1923, respectivamente; e Irredento. Periódico Semanario para Trabajadores y escrito por Trabajadores y Libertario. Periódico Anarquista, entre 1919-1920, el primero, y 1921, el segundo, mismo año éste en que los sindicatos anarcosindicalistas editaron Solidaridad. Periódico Semanal Sindicalista Revolucionario9.
Aunque el pesimismo en la conciencia no venció del todo el voluntarioso optimismo de los activistas veracruzanos, la pérdida de terreno de la CGT a nivel nacional por los embates gubernamentales, la llevaron de la cima en su congreso de 1926 a caer estrepitosamente al año siguiente10, lo que repercutió en el puerto. La central resistió hasta 1931, cuando en su IX Congreso acordó integrar las Juntas de Conciliación y Arbitraje y apoyar la política laboral oficial (Alcayaga Sasso, 2006).
La transformación de las circunstancias políticas del país y la entidad federativa, la creación de instancias mediadoras gubernamentales obligatorias para la solución de los conflictos laborales y el proceso de cambio de la acción directa a la acción múltiple por parte de los propios trabajadores porteños para resolver sus conflictos con los patrones, insertaron a la ciudad, a partir de 1924, en un ambiente de calma en las acciones sindicales y ciudadanas. Hubo un repliegue de los gremios locales, obligado por la embestida gubernamental y la campaña permanente en su contra al través de la prensa oficialista y de la iglesia católica. Ello no condujo, por supuesto, al cese de los conflictos, los hubo de variado cuño, pero su intensidad y la incorporación ciudadana a ellos no fueron ya las mismas que en 1922 y 1923.
Para los ciudadanos y los gremios anarcosindicalistas, los saldos del movimiento inquilinario y la huelga general fueron ejemplo de que la organización y la organicidad entre ellos era decisiva al enfrentar los embates patronales y gubernamentales, así como de que no podían estarse peleando con la realidad realmente existente. Por lo que a partir de 1924 adecuaron sus estrategias de lucha a las circunstancias de la cambiante formación social en que estaban insertos. Bajo esta lógica, el beligerante y radical Grupo de Mujeres Libertarias (GML), o Federación de Mujeres Libertarias (FML), nacido al calor de la lucha inquilinaria e integrado por inquilinas activistas, acompañó y apoyó, por ejemplo, las luchas sindicales de las molineras y las trabajadoras domésticas ante las autoridades del trabajo. Asimismo, la muy activa Unión de Empleados de Restaurant Consolidada de Veracruz (UERCV), pilar de la FLTPV, mantuvo un constante ir y venir, tanto físico como epistolar, de un café, hotel y/o restaurant a otro defendiendo agremiados frente a los patrones previo a litigar en tribunales, y sólo en caso extremo acudiendo a éstos.
Una considerable disminución de conflictos laborales que trascendieran las negociaciones frente a frente o por vía epistolar entre las dirigencias sindicales y los patrones, y obligaran a la toma de las calles por parte de los trabajadores para manifestarse y hacer mítines, llevó a que las banderas rojinegras disminuyeran su presencia en los años posteriores a la última gran sacudida de la vida social que había sido la huelga general del 23. “La ciudad roja” se decoloró un poco, los happenings que eran las manifestaciones del movimiento inquilinario, los tranvías y autobuses gratuitos, las policías huelguísticas… todo ello empezó a ser agua pasada en el eterno fluir de la revuelta popular. El corsé de la legislación laboral vigente, y cabalgante sobre el patrimonio cultural de los trabajadores que era la acción directa, no constriñó a los ciudadanos y a los gremios de trabajadores, ni les impidió luchar en varios frentes apropiándose de la acción múltiple. Así lo hizo el Comité Central de Colonias de Trabajadores del Puerto de Veracruz (CCCTPV), cuasi vástago del sindicato de inquilinos que trascendió a éste y adaptó a los nuevos tiempos su herencia: la mixtura entre el anarquismo y el liberalismo radical decimonónico para, sin abandonar las ilegales ocupaciones de inmuebles, pelear legalmente en los tribunales y negociar extralegalmente con los propietarios de casas y terrenos.
Paréntesis justificante y bitácora de la indagatoria
Por esa calma posterior al tormentoso primer tercio de la década de los veinte es que deviene relevante para la historiografía social de la ciudad y la región lo referente a los conflictos obrero-patronales entre 1924 y 1930, años aparentemente pálidos, livianos y olvidados al ser comparados con los siempre presentes, referenciales, coloridos, pesados y revulsivos 1922 y 1923. Pero esos seis años muestran esporádicos despertares, evidencia de que el viejo topo de la historia intentó salir a la superficie de cuando en cuando porque el estado de cosas sólo aparentaba haber cambiado para seguir igual. Por ello también lo valedero del acercamiento historiográfico a los años en cuestión y a los conflictos laborales en ellos ocurridos, si es que los hubo.
A mediados de la década de los ochenta, rastreando información en la hemeroteca del diario El Dictamen de Veracruz (EDV) para un trabajo de largo aliento acerca de esa “década rojinegra” que fueron los años veinte en la ciudad de Veracruz, llamó mi atención el casi vacío informativo existente en 1924 y hasta el fin de la década acerca de paros o huelgas acontecidas en la ciudad. Ese condicional “casi”, referido al vacío informativo mencionado líneas atrás, tiene su razón de ser en que sí encontré en las páginas del diario el seguimiento a la huelga llevada a efecto entre octubre y noviembre de 1924 por los tranviarios, y al conflicto de éstos por causa del despido de muchos de sus trabajadores en diciembre de 1927. En el primer caso, ya adheridos al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)11 y disminuida su relación directa con los sindicatos y uniones locales, los tranviarios fueron a la huelga que afectó a la ciudad por la toma de las instalaciones y la consiguiente suspensión de energía para las bombas abastecedoras de agua, pero al no ser apoyados por ninguno de las organizaciones gremiales de la ciudad, que habían entrado en un impasse de sus acciones, las autoridades municipales incautaron la planta y se puso fin a la suspensión de labores. El otro conflicto fue por causa del despido, el 31 de diciembre de 1926, de todos los empleados del departamento de tráfico, y varios del departamento eléctrico (Agetro habla de cuatrocientos trabajadores en total), ante lo que emplazaron a una huelga que no se llevó a cabo, dando inicio un litigio culminado en mayo de 1927 con saldo poco favorable para los trabajadores.
Topé por azar en 1987 con un texto de María Rosa Landa Ortega (1987), en el cual su autora daba cuenta muy detallada y analizaba los mencionados conflictos de los tranviarios y sus luchas entre 1920 y 1928. Supe luego, en 1991, que el artículo estaba vinculado a su tesis de licenciatura (1989) al leer ésta. Desde entonces decidí basarme en sus dos muy buenos textos para mi investigación de largo aliento mencionada y no en mis notas obtenidas al respecto en EDV. Aclaro que no acudí a otras fuentes primarias (los archivos judiciales, por ejemplo) porque en ese momento mi cometido no era tal, sino únicamente interrogar documentos periodísticos.
Aventuré entonces la afirmación, a manera de respuesta/explicación transitoria a mi cuestionamiento, que la poca información en la prensa local acerca de conflictos obrero-patronales en la ciudad y/o la poca ocurrencia de éstos se debió a los siguiente factores externos e internos incidentes en la vida de los sindicatos y uniones porteños. Externamente influyó el que luego de formarse la Liga de Comunidades Agrarias del Estado de Veracruz (LCAEV), impulsada en su origen por integrantes del sindicato inquilinario miembros de “Antorcha Libertaria”, gran parte de los conflictos relevantes acontecidos en el estado y la zona de influencia del puerto acontecieron en el medio rural12 y que hubo acontecimientos generadores de mayor interés político y mercantil que catapultaron su relevancia: entre diciembre y enero de 1923/1924 Adolfo de la Huerta se levantó en armas contra el gobierno federal y se instaló en el puerto13, un ciclón afectó la ciudad y nació el primer carnaval de la historia moderna porteña promovido por EDV14, por ejemplo. Internamente un factor importante fue que la ciudadanía y las organizaciones sindicales se habían replegado, o los había replegado el gobierno a fuerza de legislaciones e instancias mediadoras, usando las fuerzas armadas y apoyando al sindicalismo oficialista aglutinado en su aliada la CROM, aunque hubo gremios de esta confederación, entre ellos los tranviarios veracruzanos, que rebasaron por la izquierda a las dirigencias locales y nacionales y llevaron a efecto acciones bajo tácticas anarcosindicalistas.
La pesquisa en la prensa, considerada para mis efectos fuente privilegiada para el entendimiento de momentos fundamentales y fundacionales de nuestras historias nacionales, regionales y locales, así como de sí misma, de sus estructuras internas y sus vinculaciones con el entorno, con los sectores populares, con las elites… con la vida social ampliada, pues, me condujo a periódicos fuera de la ciudad de Veracruz, luego de precisar la poca información disponible en la prensa porteña oficialista acerca de huelgas en 192515 y 1926. Cabe la posibilidad también de que en verdad no haya habido conflictos mayores que requirieran airearse para solucionarlos y se hayan quedado en negociaciones sindicato-patrón. O si los hubo, no había ya otros medios informativos –y propagandísticos, por supuesto– de los trabajadores locales que las reportearan, documentaran y dieran a conocer.
El siguiente paso en mi búsqueda informativa, pasados algunos años y manteniendo mi afirmación/explicación transitoria originaria, fue acudir a la prensa de las izquierdas editada en otras ciudades del país con ejemplares disponibles que abarcaran de 1924 a 1928: Horizonte Libertario números 18 al 32 de 1924-1925, editado por el “Grupo Cultura Racional”, de Aguascalientes; Nuestra Palabra números 28 al 32 de 1924, editado por la Federación de Obreros y Empleados de la Compañía de Tranvías, México, D.F., convertido de sus números 33 al 62 de 1924-1926 en el semanario de la CGT; Alba-Anarquica. Periódico de Propaganda Libertaria números 1 al 14 de 1924-1925, editado por el “Grupo A Regeneración”, México, D.F.; El Anticristo números 1 al 4 de 1926, editado por el “Grupo Cultura Racional”, de Aguascalientes; Ni-Dios-Ni-Amo números 1 al 3 de 1926, editado por el “Grupo Cultura Racional”, de Aguascalientes; Sagitario. Mensual Sociológico números 13 y 14 de 1924 y del 1 al 38 de 1924-1927, editado por el “Grupo Hermanos Rojos, de Doña o Villa Cecilia, Tamaulipas. Asimismo, consulté Pro-Paria. Seminario Libertario y de Doctrina, que fue el Órgano de la Federación de Sindicatos de la Cámara del Trabajo de Orizaba, Veracruz, del cual sabiendo de su existencia no esperaba obtener la información que sorprendentemente obtuve.
No sobra recordar que de los periódicos editados por los sindicatos, organizaciones políticas y grupos culturales porteños de las izquierdas anarquistas y embrionariamente comunistas de la época (El frente Único…, Guillotina…, Irredento…, Libertario… y Solidaridad), el muy reducido número de ejemplares disponibles abarca sólo de 1919 a 1923.
El Golfo Centro en el Golfo Norte
De la prensa anarquista nacional sólo Sagitario… en su núm. 6 (1 de febrero de 1925), núm. 9 (14 de febrero de 1925) y núm. 20 (13 de febrero de 1926) incluyó información acerca de conflictos más intergremiales que obrero-patronales, pero incidentes en la vida social y prueba de que el rayo vivo de la acracia no cesaba. En la primera de las ediciones señaladas, Librado Rivera escribió un largo texto acerca del arresto de Herón Proal el 20 de diciembre del año anterior al terminar la manifestación de protesta por el asesinato del inquilino José Reyes a manos de un “antiproalista” (Sagitario, 1 de febrero de 1925, pp. 3-4). Aunque aclaró el compañero de Ricardo Flores Magón en el Partido Liberal que los editores (el grupo “Hermanos Rojos”) disentían de la posición reformista de Proal, protestaban y tomaban partido porque al extenderse el ejemplo de los inquilinos porteños, y generalizarse huelgas inquilinarias en otras ciudades, la burguesía se alarmó, al igual que el gobierno de Plutarco Elías Calles, quien, continuó Rivera, “dando pruebas de ser más conservador y retrógrado que […] su antecesor, mandó arrestar de la manera más despótica y arbitraria a Herón Proal, con órdenes terminantes de que se le condujera […] a la ciudad de México […] con una fuerte escolta, a pesar de las protestas del […] gobierno […] de Veracruz en contra de la arbitraria disposición” (Sagitario, 1 de febrero de 1925, p. 3).
Se reprodujeron integrados a la nota de Rivera dos telegramas del 20 de diciembre, uno del General Almazán a Calles notificándole la aprehensión y envío a la capital de Proal; otro de Taurino Caamaño, del sindicato inquilinario, a Calles protestando por la detención; y uno del 22 de diciembre donde Calles respondió a Camaño diciéndole que Proal “fué16 aprehendido y remitido a esta capital para que responda ante autoridades competentes de la labor injuriosa […] contra el Ejército y Gobierno […] [y que] era necesario que Poder Público pusiera coto al desenfreno de este falso lider, que ha tenido en constante amago a la sociedad de ese puerto” (Sagitario, 1 de febrero de 1925, p. 4).
En la siguiente edición de Sagitario…, número 9 (14 de febrero de 1925), una vez más Librado Rivera, dentro de un texto en la primera plana bajo el nombre “El principio de una feroz tiranía”, en el cual hizo un recuento nacional de la represión y asesinatos de activistas, aludió a la aprehensión de Proal, incluyendo una circular de los inquilinos donde informaron que durante la conmemoración del tercer aniversario del inicio de su movimiento la multitud asistente, entre la cual había muchos niños, fue agredida: “atacaron a balazos la Manifestación de compañeros y compañeras indefensos, atacando a la niñez la gendarmería montada […] Después de balacear a los manifestantes y haber herido a varios de éllos, se dirigió… al local que ocupa nuestro Sindicato, con amenazas e insultos” (Sagitario,14 de febrero de 1925, p. 1).
La aprehensión de Proal fue el cenit de un conflicto interno en el movimiento inquilinario. El 22 de mayo de 1923, los comunistas veracruzanos hicieron público un “Manifiesto a las Organizaciones Obreras en General”, en el que acusaron a Proal de querer “quitar y poner miembros de la Directiva del sindicato a su antojo, sin consultar a nadie […] [de] asignarse un sueldo [y] a los demás miembros de la directiva que monta la cantidad de $1000.00 […] mensuales, que pagará el pueblo” (ASPVMAMC, 22 de mayo de 1923, d. 143, f. 1). Al final, convocaron a una reunión con la presencia de las uniones, sindicatos, Proal, la dirigencia inquilinaria en funciones hasta el 18 de marzo y los comunistas para discutir y resolver acerca de las acusaciones y actuar en consecuencia. No sé si se hizo o no la asamblea, pero las disputas entre el sindicato de inquilinos y los pocos comunistas existentes continuaron17.
El 11 de septiembre de 1924 fueron encarcelados, por órdenes del alcalde Miguel Melche18, los inquilinos Jesús Medina y Jesús Miranda, al no aceptar pagar más del 6% del avalúo total de la vivienda que habitaban, como lo estableció la Ley Inquilinaria; en el caso del segundo clausuraron la casa. El día 12 Proal envió dos telegramas al gobernador Adalberto Tejeda exponiendo los casos y el 18 de septiembre éste respondió avalando el pago del 6%. Ante ello, el 20 de septiembre Proal hizo pública, firmando como “Secretario General y Cajero” del sindicato de inquilinos, una hoja volante bajo el título “La Elocuencia de la Razón siempre Triunfa”, en donde incluyó los telegramas intercambiados que daban la razón al SRI, una tabla de las rentas aproximadas según el tipo de vivienda, un llamado a no negociar individualmente y acudir al sindicato para asesorarse (ASPVMAMC, 20 de septiembre de 1924, d. 21, f. 1).
El 2 de octubre de 1924, una desconocida Organización Inquilinaria del Puerto de Veracruz (OIPV) invitó a la dirigencia de los empleados de restaurantes para que asistiera a una asamblea. (ASPVMAMC, 2 de octubre de 1924, d. 25, f. 1). Y el 10 del mismo mes, los inquilinos dirigieron a aquella una carta abierta: “Sabemos que la llamada ‘Organización Inquilinaria’ y otros sindicatitos […] se van a dirigir al Gobierno del Estado pidiendo se reforme la Ley de Inquilinato […] están conformes en pagar el 12½ por ciento en lugar del seis que establece la Ley vigente”, iniciaba diciendo la misiva firmada por Proal, continuaba dejando en claro su desacuerdo “con tal dislate”, que los legisladores no se dejaran engañar porque los inquilinos, dejaban en claro, “no permitiremos se nos arrebate lo que con sangre hemos conseguido” (ASPVMAMC, 10 de noviembre de 1924, d. 34, f. 1)
No existe información disponible para asegurar si entre la emergente organización de inquilinos y los jóvenes comunistas veracruzanos existió algún vínculo o afinidad, si los miembros de una y otra eran los mismos o si los segundos impulsaron la creación de la primera. La aparición de la organización, afiliada a la CROM, sí se debió a una escisión del original y originario sindicato inquilinario e inició un nuevo conflicto interno que fue escalando en sus niveles de enfrentamiento y violencia.
Los disidentes distribuyeron el 26 de noviembre una hoja volante donde acusaron a Proal de “falso y embustero”, el 27 enviaron a los trabajadores de restaurantes carta donde demandaba una definición ante los problemas existentes y, semanas después, les hicieron saber que los “proalistas” habían agredido “la bandera de la CROM”. Finalmente, dos días después, Proal convocó a asistir al funeral de José Reyes Valderas, asesinado por un integrante de la OIPV el 16 de diciembre (ASPVMAMC, 26 de noviembre de 1924, d. 43, f. 1; ASPVMAMC, 27 de noviembre de 1924, d. 44, f.1; ASPVMAMC, 17 de diciembre de 1924, d. 50, f. 1; ASPVMAMC, 19 de diciembre de 1924, d. 51, f. 1).
Tales fueron los antecedentes de lo que Librado Rivera denunció en los números 8 y 9 de Sagitario… Tópico al cual volvió el 13 de febrero de 1926 en un artículo titulado “La deportación de Herón Proal” y publicado en la primera plana de Sagitario… número 20. En él da a conocer que desde su encarcelamiento los integrantes del SRI lucharon por la liberación del dirigente, la cual lograron mediante el pago de una fianza por ocho mil pesos y salió bajo caución, condicionado a no participar en actividades públicas de agitación ni promoverlas. Proal, obvio, no cumplió y Calles ordenó al jefe de operaciones militares en el estado de Veracruz, general Arnulfo R. Gómez, apresar y desterrar al dirigente inquilinario. El militar cumplió la orden y se inició así el periplo de Proal rumbo al exilio. Agregó Rivera que el 28 de enero, Gómez apresó en la Colonia Comunista fundada por el movimiento inquilinario, a María Luisa Marín, secretaria general del SRI ante la ausencia de Proal, con la intención de también enviarla al exilio19.
La costa en la montaña
Pro-Paria…, periódico registrado como artículo de segunda clase ante la Administración de Correos de Orizaba el 21 de febrero de 1918, fecha en que salió su primer número, debió existir por lo menos hasta 1933 (baso mi cálculo en el último número publicado conocido por mí hasta hoy). Dirigido a los trabajadores en general, específicamente a los del estado, su objetivo, según puede deducirse de lo contenido en sus páginas, fue servir de vínculo entre ellos, contribuir a la agitación social bajo los principios del anarcosindicalismo (a pesar de ser cromistas sus impulsores), dar cuenta de los movimientos anarquista y comunista internacionales –a los cuales dedicó bastante espacio– y contribuir al debate mediante textos informativos, artículos de colaboradores nacionales y extranjeros y la reproducción de documentos generados por las organizaciones gremiales.
Además de la información ya descrita mantuvo una sección permanente sobre medicina, un suplemento cultural mensual de entre cuatro y ocho páginas y, con esta misma periodicidad, una historieta que ocupaba completa la página ocho. Aunque su diseño no se apartó de la rigidez inherente a la prensa sindicalista y partidista de entonces, y de muchos años después, resultado de las obvias limitaciones de los linotipos e imprentas en que se tiraba, en el suplemento cultural, quizás porque algún artista plástico participó en su creación, se intentó “jugar” con el diseño.
Había un corresponsal en la ciudad de Veracruz que cubría también el sur del estado y la zona cañera cercana a Córdoba. Y gracias a él es posible atisbar desde el presente algunos de los hechos acontecidos tanto en el puerto como en su hinterland y subiendo hacia Soledad de Doblado, Atoyac y el ingenio azucarero de Potrero, por ejemplo, así como reconstruir las circunstancias en que se dieron conflictos obrero-patronales y actividades sociales importantes sólo para los trabajadores, aunque no haya sido así para la prensa oficial y oficiosa porque no afectó la cotidianidad porteña. De igual manera, el reporteo de ese corresponsal, ¿o corresponsales?, anónimo y ubicuo permite observar cómo se iban edificando las instituciones e instancias mediadoras y decididoras de las relaciones laborales, resultantes de los propios movimientos de la clase obrera y de sus pactos con un gobierno federal que requería de los trabajadores para legitimar su presunta vena popular y revolucionaria.
En su edición del sábado 21 de enero de 1928, Pro-Paria… informó de una actividad ilustradora de la estrecha relación existente entre las organizaciones obreras porteñas y orizabeñas más allá de lo puramente restringido al mundo del trabajo: la excursión a pie de Orizaba a Veracruz iniciada por catorce trabajadores de varios gremios el 29 de diciembre del año anterior a las 4:00 horas y concluida por diez de ellos el día siguiente a la 1:00, después de descansar seis horas en Paso del Macho. Todos fueron recibidos por una comisión del Sindicato de Obreros y Panaderos del Puerto de Veracruz (SOPVV), adherido a la FLTPV, y el 31 de diciembre celebraron un banquete y baile con la presencia de la mayoría de los Centros Culturales Obreros.
Esa misma primera edición de 1928 dio cuenta del conflicto existente entre el Sindicato de Repartidores de Hielo y Cerveza y el dueño de la fábrica de hielo “La Siberia” por cuestiones de índole salarial20. El seguimiento del caso por El Corresponsal, autor de la nota informativa, concluyó en el siguiente número del semanario el 28 de enero, dando a conocer que al entablar el dueño de la fábrica de hielo, un español de apellido Verdozo, querella legal en contra de los trabajadores, éstos solicitaron se le aplicara al patrón el Artículo 33 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y se le echara del país. Hasta aquí quedó la información referente al litigio. En posteriores ediciones no hubo ninguna mención. Es posible que la disputa se haya resuelto rápidamente.
Entre el 21 y 24 de enero de 1928, El Corresponsal en el puerto siguió paso a paso el conflicto entre la Unión de Marineros y Fogoneros del Golfo de México (UMFGM) y las compañías navieras, específicamente la Sociedad Cooperativa de Alijadores de Tampico (SCAT), dueña de los barcos de carga “Coahuila”, “México” y “Tamaulipas”. El motivo fue que las compañías empezaron a contratar personal libre para trabajar en los tres buques, dejando fuera a los miembros de la Unión, quienes hasta entonces habían tenido la cuasi exclusividad. Por lo tanto, los unionistas pararon sus actividades y bloquearon el resto de los trabajos portuarios, contando de inmediato con el apoyo solidario de variados gremios locales y de sus pares en el puerto de Progreso, Yucatán.
Durante mucho tiempo las compañías navieras extranjeras se habían ocupado de todas las operaciones de cabotaje al no existir en el país navíos que pudieran hacerlo y, cuando los hubo, la mayoría de esas navieras contrataron operadores que intentaron sabotear las actividades de las mexicanas. El Corresponsal menciona el caso de José Cortés, un “tránsfuga del proletariado” lo llama, que había traicionado a los ferrocarrileros porteños e impulsaba el regreso de las extranjeras al movimiento portuario de cabotaje.
Insertos en tal contexto y ambiente se fueron manifestando diversos actores alrededor del conflicto y El Corresponsal fue reportando los hechos: el 28 de enero, el Sindicato de Panaderos destituyó a Salomón Morales por mal uso de los recursos económicos sindicales y ser un rompehuelgas, al trabajar como panadero y cocinero en el buque “Coahuila”; el 18 de febrero los trabajadores libres contratados por la cooperativa de alijadores crearon, con el apoyo de la patronal, la Sociedad Cooperativa de Oficiales, Fogoneros y Marineros (SCOFM) y los editores de Pro-Paria…, en una actitud raramente vista, crítico a los unionistas por la incapacidad mostrada al no poder haber atraído a sus filas a los trabajadores libres y evitar que éstos terminaran a la postre cumpliendo funciones como rompehuelgas.
Aunque sin relación con el ámbito de los conflictos obrero-patronales, el semanario informó el 18 de febrero del incendio que la madrugada del 15 de ese mes había destruido la tienda de ultramarinos “La Perla del Adriático” y el estanquillo adjunto a ella conocido como “La Giralda”, ubicados en la céntrica esquina de Independencia y Lerdo, frente a Plaza de Armas. Esta información demuestra no sólo la de sobra conocida importancia de la ciudad, sino de lo relevante que era lo en ella acontecido para Pro-Paria…
El 3 de marzo, Pro-Paria… le dio sitio relevante a lo sucedido el 23 de febrero, cuando la cromista Federación de Trabajadores de Mar y Tierra (FTMT), aglutinadora de varios sindicatos y uniones, había emplazado a huelga y boycot si para el 3 de marzo la SCAT no resolvía el problema con los marinos y fogoneros unionistas. Asimismo, desde Progreso, Yucatán, los trabajadores portuarios seguían manifestando su solidaridad con los veracruzanos, según El Corresponsal. También se informó que la Compañía Terminal intentó anular el contrato colectivo con sus trabajadores y suplirlo con un reglamento de sesenta y dos artículos, acción que fue rechazado de inmediato porque los artículos 33, 37, 43 y 82, relacionados con permisos, pases, jornales y reajustes a futuro eran atentatorios de los derechos ganados por los trabajadores; no hubo más información acerca del caso en ediciones futuras, por lo que vale suponer la empresa no continuó con sus intentos. Un detalle alrededor de esta nota permite atisbar las condiciones en que
El Corresponsal enviaba su información desde el puerto a Orizaba: se especifica que la nota de marras fue transmitida por vía telegráfica. Seguramente, lo ordinario era enviar o llevar las notas por tren en “El Mexicano” o ir enviándolas día con día, y al ser considerada importante la referente al caso del contrato colectivo tuvo que enviarla El Corresponsal de última hora y al filo del cierre de edición, en alcance de todo lo ya remitido.
Informó en esa edición de la celebración, el 26 de febrero, del primer aniversario de la creación de la Unión Femenina Racionalista Hispano Americana, efectuada en su domicilio de Xicoténcatl, entre Abasolo y Aragón, el cual también alberga la Catedral Provincial número 18 “Verdad y Ciencia”. Hubo durante el acto conmemorativo dos exhortaciones, una de la consejera Julieta L. de Pulgarón y otra de Francisco Pulgarón. En la siguiente edición del semanario, correspondiente al 10 de marzo, se informó que el nuevo Comité Directivo de la mencionada unión femenina había tomado posesión el 4 de marzo.
El 24 de marzo, El Corresponsal reportó que el día 20 del mes en curso, mediante la intervención del presidente de la República, se había llegado a un acuerdo entre las partes en conflicto para que los marineros y fogoneros unionistas tripularan el buque “Tamaulipas”, con las mismas condiciones laborales y prestaciones que los libres lo hacían en los barcos “México” y “Coahuila”. El 15 de marzo, cinco días antes de la solución del conflicto, había tomado posesión la nueva directiva de los marineros y fogoneros para cumplir un “raro” periodo de seis meses, dado que por lo general las dirigencias gremiales duraban en promedio dos años. Posiblemente esa directiva, ¿interina y transitoria?, elegida para el breve periodo de un semestre, tuvo el cometido de reordenar la estructura interna luego de los acontecido hacia adentro y fuera de la organización, como la expulsión de algunos miembros. Lo que demostraba la continuidad en el gremio de una cultura ácrata ya muy arraigada, cuyo espíritu vigilante y apolítico se manifestaba con dureza y “pureza”. Como sea, si no puede afirmarse que fuera interina y transitoria esa directiva, tampoco puede afirmarse lo contrario al no haber información en otras fuentes que lo sustente.
En la misma edición del 24 de marzo, se informó del importante apoyo manifestado por la Confederación Sindicalista Estatal al Sindicato de Artes Gráficas en su lucha para evitar que las imprentas disminuyeran los salarios de sus trabajadores, así como de la firma, el 19 de ese mes y luego de una corta huelga, del contrato colectivo en la sucursal de la fábrica de pastas “La Florida”, cuya matriz estaba en Orizaba, y de una reunión de la dirigencia del Sindicato de Albañiles del Puerto de Veracruz con el titular del Departamento del Trabajo municipal y el presidente de los contratistas porteños, para discutir la posible firma de un contrato colectivo.
Pro-Paria… siguió, documentó y fue dando a conocer también la lucha de los profesores por el pago de once decenas de salario adeudadas por las autoridades responsables del ramo educativo en la ciudad de Veracruz. El conflicto transcurrió entre el 24 de marzo y el 11 de abril de 1928, luego de que el 22 del primer mes tomó posesión un nuevo comité directivo del sindicato y se estrenó diez días después encabezando las movilizaciones para conseguir el cumplimiento del pago de los salarios atrasados. Dichas movilizaciones lograron que Abel S. Rodríguez, gobernador interino y también profesor, asumiera pagar una parte de los adeudos en el mes de abril y las autoridades municipales hicieran lo suyo: aceptaron ir pagando “poco a poco”, según lo fueran permitiendo los recursos económicos disponibles en sus arcas.
Tales respuestas no fueron aceptadas por los profesores, se empezó a generar la versión de un emplazamiento a huelga con el apoyo de la cromista Federación de Trabajadores de Mar y Tierra, el 11 de abril se informó que el día anterior la Tesorería Municipal había pagado dos decenas de los salarios adeudados, que las demás se irían pagando de dos en dos y que hasta ese momento se les debían cuatro. La pugna entre los profesores y las autoridades municipales disminuyó su ríspida intensidad, in crescendo por la frontal solidaridad de la citada FTMT y del Congreso de Estudiantes Veracruzanos, quienes incluso dirigieron un manifiesto al pueblo veracruzano reivindicando la educación popular; como dato anecdótico vale mencionar que al congreso estudiantil asistieron delegaciones de Córdoba, Orizaba, Tlacotalpan, Veracruz y Xalapa, y que en la capitalina iba Fernando López Arias, quien sería el procurador de la república durante el sexenio de Adolfo López Mateos y reprimiría a los trabajadores ferrocarrilero en 1958/1959; luego sería gobernador del estado veracruzano.
El 28 de abril las páginas del semanario albergaron notas sobre la reunión celebrada para la unificación, impulsada por la Confederación Sindicalista de Obreros y Campesinos del Estado de Veracruz (CSOCEV), de varias organizaciones gremiales y dar origen al Sindicato de Empleados de Teatros, Cines y Espectáculos (SETCE), agrupador de trabajadores con sede en Córdoba, Orizaba, Veracruz y Xalapa, los principales centros urbanos en el estado y quizás los únicos en los que existían esos oficios. Tres días antes se habían reunido en el puerto los obreros textiles de Orizaba, Papantla y El Hule, así como petroleros, ferrocarrileros y portuarios, para nombrar dos delegados ante la Junta Regional Federal de Conciliación, dependiente de la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo. Todos estos gremios iban adhiriéndose a la CROM.
En las ediciones del 28 de abril y el 5 de mayo se informó de la promoción que la todavía anarcosindicalista Confederación Sindical Estatal había hecho para la asistencia a la reunión de los sindicatos de inquilinos del estado, con el fin de discutir las problemáticas existentes, acordar estrategias y acciones y hacer llegar los resolutivos al gobernador del estado. El buen saldo de la reunión consiguió detener los desalojos que venían haciendo los dueños de casas. Aunque esta información no era expresamente laboral, sí atañía a los trabajadores, además de, por supuesto, al conjunto de los sectores subalternos de la sociedad porteña y del estado.
Pro-Paria… continuó albergando la información que desde la ciudad de Veracruz y sus alrededores El Corresponsal envió semanalmente, pero ni en 1929 ni en 1930 fueron reporteados conflictos obrero-patronales más relevantes que los documentados en 1928. Sí reportó algunos hechos que denotan con claridad cuáles eran las nuevas rutas y frentes de batalla de los trabajadores y sus organizaciones. Por ejemplo, el 2 de enero de 1929 reprodujo íntegro el largo informe anual que Francisco Pulgarón, secretario de Finanzas del Sindicato Colonizador de Terrenos Ociosos «Ricardo Flores Magón», presentó el 31 de diciembre de 1928 respecto al pago de regularización de los terrenos en la zona aledaña al hospital de la Beneficencia española (pp. 4 y 5); y bajo el titular “Estudio para hacer el pago de los terrenos ganados al mar”, en la edición del 29 de junio de 1929, El Corresponsal en la ciudad de Veracruz informó que el 18 de junio representantes del gobierno del estado habían acudido a diversas colonias proletarias ubicadas en los terrenos expropiados para “conocer un criterio firme en general y exponer los puntos de vista más convenientes para poder pagar en abonos fáciles y cómodos, el importe de los mencionados lotes de una vez por todas el adeudo contraído con el gobierno del estado” (p. 7). Y que la Alianza de Colonias Obreras del Puerto de Veracruz propuso que cada colonia nombrara a “diez compañeros de los más capacitados, para que hagan un estudio de proyecto de pago” (p. 7) y lo presenten en la Convención a realizarse, del 28 al 30 del mes en curso, en el edificio de los trabajadores de la Compañía Terminal con la presencia de todos los colonos que asistan. Se discuta el proyecto y se tomen acuerdos con la probable asistencia de un representante del gobierno estatal (p. 7).
En el último mes de 1928, Úrsulo Galván, presidente de la Liga Nacional Campesina (LNC), generó la más notoria información que determinó la vida social en los dos últimos años de la década en el puerto, al dar a conocer la alianza de varias fuerzas políticas opositoras a Calles en las elecciones presidenciales: el Bloque Obrero y Campesino Nacional (BOCN), integrado por todas las organizaciones campesinas aglutinadas en la liga nacional y las obreras bajo la égida del PCM. Presidido por Galván, Diego Rivera como vicepresidente e Issac Fernández en la secretaría, el BOCN eligió a Pedro Rodríguez Triana su candidato a la Presidencia de la República (Falcón, 1977; Fowler, 1979).
Al año siguiente la rebelión escobarista condujo a que en marzo la LNC, y por ende la liga veracruzana, retiraran el apoyo a Triana y apoyaran al gobierno, ya formado el Partido Nacional Revolucionario (PNR). Galván reforzó así su alianza con el gobernador Adalberto Tejeda, dio a conocer sus candidaturas a la presidencia municipal de Veracruz y al Senado, la Local del PCM lo expulsó y al mediar el año la LNC rompió con el BOCN y con el PCM. A fines de año Galván fue electo presidente municipal de la ciudad de Veracruz y senador de la república, pero en febrero, como parte de la pugna Tejeda-Calles e impulsada por éste y el PNR, sobrevino su destitución de la dirigencia de la LNC bajo acusaciones de ser, paradójicamente, comunista. Sin embargo, conservó el apoyo de la mayoría de las organizaciones integrantes de la liga (Falcón, 1977; Fowler, 1979).
El 28 de julio de 1930, a seis meses de haber tomado posesión como alcalde de la ciudad, Galván falleció por un tumor en una de sus piernas (Falcón, 1977). Concluyó así, con su apoteósico funeral en la capital del estado reflejado en el puerto, esa década teñida por banderas rojinegras en la ciudad de las huelgas/ciudad roja que entraría en su fase de crecimiento urbano desmedido, proporcionalmente inverso a la agitación ciudadana en las calles y plazas que cedieron su lugar a las salas de los juzgados y a las negociaciones políticas entre las centrales sindicales y el gobierno. La acción directa, se había acabado.
Recuento de esos años
Evaluada desde la concurrencia de los conflictos obrero-patronales y su incidencia en la vida social, la década de los veinte del siglo pasado puede interpretarse como la conformada por un primer tercio definitivamente intenso; un segundo que arrancó con disputas intergremiales, tuvo un despunte y fue siendo menos intenso hacia su fase final; y un tercero cuya cotidianidad estuvo marcada por algunos eventos de cierta rispidez entre las partes en cuestión, los cuales si bien no fueron tersos tampoco afectaron a nadie más que a los involucrados directamente. Pero verla así, dejaría fuera al conjunto de situaciones conformadoras de las circunstancias históricas que la determinaron, algunas sin ligas aparentes con las disputas entre las clases sociales fundamentales y otras en los linderos con tales disputas.
En lo externo, como señalé al inicio del texto, fue incidente y decisivo el contexto político nacional mediante la institucionalización de la revolución armada y la creación de instancias mediadoras, gestoras y controladoras de los conflictos obrero-patronales. En la ciudad de Veracruz, los gremios y ciudadanos insertos en dichas circunstancias, privilegiaron al principio la acción directa como estrategia de acción, sin dejar de lado la acción múltiple como opción valedera, aunque no preferida. Esto se manifestó, sobre todo, durante el movimiento inquilinario de 1922 y la huelga general de 1923, donde el Estado no pudo desde el inicio mediar y gestionar el conflicto, lo que fue aprovechado por la gente para avanzar, ejercer el control de la cotidianidad ciudadana y arrinconar a los patrones. Luego vendría la promulgación de leyes ad hoc para mediatizar la protesta, bajar la temperatura de la revuelta y, en caso extremo, usar la fuerza represiva.
A la par y en lo interno, el crecimiento numérico de la CROM, iniciado en 1919 al pactar con el gobierno y pasar a formar parte del sindicalismo de Estado genuflexo ante el poder, le llevó a controlar, unida a las autoridades, las juntas de conciliación y arbitraje, instancias decisorias de los conflictos obrero-patronales. Así, éstas fueron más allá de su función legal para convertirse en espacios de la disputa por la hegemonía de los sectores subalternos adheridos tanto a la CROM como a la CGT. Y el perder en las juntas casos presuntamente “ya ganados” con la toma de plantas e instalaciones, condujo a que muchos gremios abandonaran la anarcosindicalista CGT y se afiliaran a la oficialista CROM. Sin embargo, esto no obstó para que en Veracruz los sindicatos y uniones cegetistas, acrisolados en la FLTV, y cromistas, así como la Local Comunista y grupos como “Antorcha Libertaria”, llevaran a cabo acciones conjuntas hoy y se pelearan mañana, para volver unidos estratégicamente al día siguiente.
Mediando la década, la insurgencia de los trabajadores y la ciudadanía entró en retroceso, bajaron en intensidad los conflictos, quizás porque los gremios industrialmente estratégicos como los portuarios, ferrocarrileros y electricistas estaban ya con la CROM, pero no cesaron. La mayoría de ellos se fueron resolviendo en el terreno de la negociación, sin llegar a la toma de instalaciones, al boicot o a sacar e instalar las banderas rojinegras. El protagonismo de la ciudad roja y los citadinos porteños fue desvaneciéndose y llegó el turno de los otros ofendidos: los trabajadores del campo, quienes organizados en la Liga de Comunidades Agrarias impulsada por ácratas y comunistas, y en sus inicios apoyada por el gobernador Adalberto Tejeda, mantuvieron a partir de 1923 y hasta bien entrada la década siguiente, una frontal y decisiva lucha contra los terratenientes no sólo de los alrededores de la ciudad de Veracruz sino del estado todo, e impulsaron la formación de la Liga Nacional Campesina.
La ciudad de las huelgas pasó a ser entre 1924 y 1928 la del carnaval y el ciclón, las del turismo galopante llevado y traído de y hacia la capital del país, y puntos intermedios, por “El Mexicano” y “El Interoceánico”, así como al sur y el sureste por éste y el “Ferrocarril al Istmo”; y a/de su hinterland por los ramales en expansión. Los paros de labores fueron a menos, los pocos y cortos conflictos obrero-patronales dejaron de ser vendibles para la prensa mercantil que llenó sus páginas de anuncios comerciales promoviendo hoteles, restaurantes, cafés… ampliando la oferta cultural del puerto más allá de las playas poco tiempo atrás inventadas como espacios lúdicos.
La prensa sindicalista porteña, permeada por la acracia y el comunismo, había desaparecido en 1923 y sólo algunos periódicos como el orizabeño Pro-Paria… y Sagitario…, de Doña/Villa Cecilia Tamaulipas, dieron cuenta de los pocos conflictos existentes, más intra sindicales que con los patrones, como las disputas de la oportunista organización inquilinaria, adherida a la CROM, con el Sindicato Revolucionario de Inquilinos, anarquista y afiliado a la CGT, o secuelas de la represión a éste como la aprehensión y exilio de Proal y María Luisa Marín, muestras ambas de que lo acontecido en el primer tercio de la década continuó incidiendo hasta los últimos años de ella.
De 1928 a 1930 los hechos más trascendentes y reporteados estuvieron lejos del mundo del trabajo y de las luchas apolíticas de los trabajadores bajo las banderas anarcosindicalistas; fueron definitivamente políticos, con todos los claroscuros que este ámbito contiene de sí. La plebe, la gleba de siempre plegó las banderas y volvió a su original territorio de la anonimia para, en acto resiliente y mediante una vuelta de tuerca, transformarse para continuar siendo la misma, porque los tiempos habían cambiado y con ellos la realidad, con la cual no hay que pelearse nunca.
Anexo
Algunos de los sindicatos y confederaciones nacionales mencionados a lo largo del texto son de sobra conocidos, pero hay otros sindicatos, federaciones, uniones y grupos culturales, pertenecientes al ámbito de lo local y regional veracruzano, que no lo son tanto. Por tal motivo incluyo la siguiente relación:
| Partido Comunista Mexicano (PCM) | Creado en 1919. Filial de él en el puerto fueron la Local Comunista de Veracruz (LCV), primera en el país, y su sector juvenil: la Local de Jóvenes Comunistas de Veracruz (LJCV). |
| Confederación Regional Obrera de México (CROM) | Creada en 1918. Oficialista y originaria del denominado sindicalismo de Estado. |
| Confederación General de Trabajadores (CGT) | Anarcosindicalista. Creada en febrero de 1921. |
| Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) | Creado en 1915. Inicialmente anarcosindicalista y ligado a la Casa del Obrero Mundial, ante la desaparición de ésta se adhirió a la CROM. |
| Federación Local de Trabajadores del Puerto de Veracruz (FLTPV) | Anarcosindicalista y adherida a la CGT desde su fundación. Acrisolaba en 1923 a las siguientes organizaciones obreras, ciudadanas y grupos culturales de la ciudad de Veracruz: Grupo Cultural “Antorcha Libertaria”; Grupo Cultural “Cuadro Artístico”; Grupo de Mujeres Libertarias (GML) o Federación de Mujeres Libertarias (FML); Liga de Electricistas y Trabajadores de la Compañía de Luz Eléctrica, Fuerza y Tracción de Veracruz (LETCLEFTV); Sindicato de Albañiles del Puerto de Veracruz (SAPV); Sindicato de Cargadores (SCPV); Sindicato de Conductores de Carros (SCC); Sindicato de Molineras y Molineros del Puerto de Veracruz (SMMPV); Sindicato de Obreros y Panaderos del Puerto de Veracruz (SOPPV); Sindicato de Oficios Varios (SOV); Sindicato de Repartidores de Hielo y Cerveza (SRHC); Sindicato de Tabaqueros de Veracruz (STV); Unión de Empleados de Restaurant Consolidada de Veracruz (UERCV). |
| Sindicato Revolucionario de Inquilinos (SRI) | Creado en 1922 y con presencia durante toda la década en la vida social del puerto, lideró las acciones del movimiento inquilinario de ese año. Coincidieron en él los anarquistas del grupo cultural “Antorcha Libertaria” y los miembros de la Local Comunista. La disputa por la dirigencia fue ganada por los ácratas. De él se derivó el Grupo de Mujeres Libertarias (GML) o Federación de Mujeres Libertarias (FML). Aunque no aparece . oficialmente como miembro de la FLTPV, mantuvo vínculos estrechos con ella. |
| Organización Inquilinaria del Puerto de Veracruz (OIPV) | Escisión del SRI formada en 1923 por miembros de la Local y la Juventud comunistas del puerto. De vida efímera e impulsada por la CROM no hay noticias de ella más allá de ese año. |
| Liga de Comunidades Agrarias del Estado de Veracruz (LCAEV) | Nacida en 1923, bajo el impulso del movimiento inquilinario con la decidida promoción de Úrsulo Galván y Manuel Almanza, se adhirió al PCM. Creó, junto a sus iguales de otros estados del país, la Liga Nacional Campesina, inicialmente presidida por Galván. |
| Unión de Estibadores y Jornaleros del Puerto de Veracruz (UEJPV) | Creada en 1911. Originalmente anarcosindicalista y fundadora de la CROM. Asiste a la fundación de la CGT, pero no se adscribe a ella. Impulsa la formación de la Liga de Trabajadores de la Zona Marítima (LTZM), la Unión de Marineros y Fogoneros del Golfo de México (UMFGM) –ambas también asistentes, aunque no adscritas, a la fundación de la CGT– y la Federación de Trabajadores de Mar y Tierra (FTMT). Su adhesión a la CROM la integran al sindicalismo de Estado. |
| Sindicato Colonizador de Terrenos Ociosos “Ricardo Flores Magón” | La fecha de su creación me es desconocida. Su labor fue decisiva en la dotación de los terrenos ganados al mar, ubicados en la zona centro oriental de la ciudad de Veracruz. |
| Comité Central de Colonias de Trabajadores del Puerto de Veracruz (CCCTPV) | La primera noticia documental de su existencia data de 1933, aunque posiblemente fue creada en el tránsito de los años veinte a los treinta y su antecedente fue la Alianza de Colonias Obreras del Puerto de Veracruz. Mantuvo una lucha constante durante tres décadas y, mediante acciones colectivas legales y extralegales, consiguió terrenos en los cuales los sectores subalternos edificaron casas, formando las colonias que hoy se ubican en el poniente del centro de la ciudad de Veracruz. |
| Federación de Sindicatos de la Cámara del Trabajo de Orizaba o Cámara del Trabajo de Orizaba | Fundada en 1915 fue inicialmente anarcosindicalista. Agrupó a los sindicatos de las siete grandes fábricas de textiles en el Valle de Orizaba. Aunque afiliada a la CROM, no abandonó sus orígenes ácratas ni la acción directa como estrategia fundamental de sus luchas. |
| Confederación Sindicalista de Obreros y Campesinos del Estado de Veracruz (CSOCEV) | Cromista desde su fundación. Tuvo una activa participación, con apoyo de la CROM, en los movimientos huelguísticos por demandas de pagos atrasados a los profesores de Veracruz, Xalapa y Córdoba en septiembre-octubre de 1927 y septiembre-octubre de 1928. |
| Sindicato de Empleados de Teatros, Cines y Espectáculos (SETCE) | Posiblemente derivado del Sindicato de Empleados de Teatros del puerto, representado por Herón Proal durante el Primer Congreso Nacional obrero llevado a efecto en la ciudad de Veracruz en marzo de 1916. |
Arturo E. García Niño es Historiador del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana. Sus líneas de investigación son narconarrativas, historia social, historia regional, historia cultural. Entre sus más recientes publicaciones se encuentra: “Reglamento de la Unión de Estibadores y Jornaleros del Puerto de Veracruz, México, 1939: ordenamiento del trabajo de un gremio industrialmente estratégico”; “La GUIA en el puerto de Veracruz: un grupo mexicano de ultraderecha impulsado por Luis Pazos de la Torre en la década de los setenta (orígenes, acciones, circunstancias, y datos del ambiente local)”; “Postales de los estridentistas, Salvador Díaz Mirón y el puerto de Veracruz: ¿una soterrada relación de antagonismo, respeto y/o desdén?; “Carlos Montemayor y su cuatrilogía de la guerrilla o la novela como historiografía”. [En: Moreno González, M. G., Castillo Ramírez, M. G. y Urrego, M. Á. (2021). Globalización e izquierdas en América Latina, UdeG, 175-201].
* Para la realización de este artículo se consultó el Archivo Sindical del Puerto de Veracruz Miguel Ángel Montoya Cortés, y el archivo del Centro Regional Veracruz del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Relación de prensa militante y archivos en los que fueron encontrados
Alba-Anarquica. Periódico de Propaganda Libertaria, editado por el “Grupo A Regeneración”, México, D.F., números 1 al 14 de 1924-1925. Archivo Librado Rivera/hermanos Rojos. Archivo Librado Rivera/Hermanos Rojos
El Anticristo, editado por el “Grupo Cultura Racional”, de Aguascalientes: números 1 al 4 de 1926. Archivo Librado Rivera/Hermanos Rojos.
El Dictamen. 01 al 09 de marzo de 1921. Hemeroteca de El Dictamen. Veracruz, Ver.
El Frente Único. Órgano de la Local Comunista. Internationaal Instituut Voor Sociale Geschiedenis [IISG]. Amsterdam, Holanda. Microficha 587. Colección particular de AEGN.
Guillotina. Órgano del Sindicato Revolucionario de Inquilinos. IISG. Amsterdam, Holanda. Microficha 617. Colección particular de AEGN.
Horizonte Libertario, editado por el “Grupo Cultura Racional”, de Aguascalientes: números 18 al 32, 1924-1925. Archivo Librado Rivera/Hermanos Rojos.
Irredento. Periódico Semanario para Trabajadores y escrito por Trabajadores. Editado por el Grupo “Antorcha Libertaria”. IISG. Amsterdam, Holanda. Microficha 656. Colección particular de AEGN.
Libertario. Periódico Anarquista. IISG. Amsterdam, Holanda. Microficha 1138. Colección particular de AEGN.
Ni-Dios-Ni-Amo, editado por el “Grupo Cultura Racional”, de Aguascalientes: números 1 al 3 de 1926. Archivo Librado Rivera/Hermanos Rojos.
Nuestra Palabra. Órgano de la Federación de Obreros y Empleados de la Compañía de Tranvías, México, D.F.: números 28 al 32 de 1924. Archivo Librado Rivera/Hermanos Rojos.
Nuestra Palabra. Semanario, Órgano de la Confederación General de Trabajadores: números 33 al 62 de 1924-1926. Archivo Librado Rivera/Hermanos Rojos.
Pro-Paria. Semanario Libertario y de Doctrina. Órgano de la Federación de Sindicatos de la Cámara del Trabajo de Orizaba, Veracruz. Enero-junio de 1928. Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana. Xalapa, Ver.
Sagitario. Mensual Sociológico, editado por el “Grupo Hermanos Rojos, de Doña Cecilia (luego Villa Cecilia y hoy Ciudad Madero), Tamaulipas: números 13 y 14 de 1924; y 1 al 38 de 1924-1927. Archivo Librado Rivera/Hermanos Rojos.
Solidaridad. Periódico Semanal Sindicalista Revolucionario. IISG. Amsterdam, Holanda. Microficha 3053. Colección particular de AEGN.
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- Acerca de la huelga de los ferrocarrileros en 1921 puede verse El Dictamen de Veracruz (1921). ↩︎
- Acerca del movimiento inquilinario de 1922 en Veracruz pueden verse Agetro (1942), Bolio Trejo (1958), García Mundo (1976), Gill (1953), Mancisidor (1932) y Taibo II (1976). ↩︎
- Acerca de la FLTPV puede verse Norvell (1996). ↩︎
- Acerca de la CGT y los sindicatos adherentes puede verse Baena Paz (1978 y 1980). ↩︎
- Para un seguimiento de la huelga electricista y la huelga general pueden verse, además del puntual seguimiento hecho por Landa Ortega, las actas de asambleas y correspondencia interna de las uniones y sindicatos integrantes de la FLTPV, contenidas en el Archivo Sindical del Puerto de Veracruz Miguel Ángel Montoya Cortés (ASPVMAMC). ↩︎
- Baena Paz considera que “la CGT adquiere toda su fuerza hacia 1924. Después de las constantes represiones, amenazas y señalados conflictos sangrientos […] empieza a declinar. Poco a poco madura el liderismo y se encamina hacia la tranquila vía de la conciliación y el oportunismo; adviniendo así su merma ideológica alrededor de 1926” (1976, p. 135). ↩︎
- Acerca de la CROM pueden verse Barbosa Cano (1980) y Guadarrama (1984). ↩︎
- Acerca del PCM pueden verse Leventhal (2007), Martínez Verdugo (1983) y Taibo II; y para la Comintern puede verse Spenser y Ortiz Peralta (2006). ↩︎
- Los únicos ejemplares conocidos de Irredento… (1919); Libertario… (1921); Solidaridad… (1921); El Frente Único… (1922) y Guillotina… (1923), se encuentran en el Internationaal Instituut Voor Sociale Geschiedenis [IISG] de Amsterdam. Colección particular de AEGN. ↩︎
- La crisis fue tan seria que, por vez primera desde su creación en 1921, en 1927 no se realizó el congreso anual de la central sindicalista y al siguiente año fue notoria que la CGT iba en picada (Baena Paz, 1980). ↩︎
- Para un detallado seguimiento y análisis de las huelgas tranviarias y de la organización electricista en general en Veracruz puede verse Landa Ortega (1987 y 1989). ↩︎
- Acerca de la LCAEV pueden verse Agetro, De la Mora (2002) y Fowler Salamini (1979). ↩︎
- Acerca de la rebelión delahuertista puede verse García Morales (1986). ↩︎
- El Comité organizador lo integraron representantes del diario, de la Cámara de Comercio, de los clubes Rotario y España, de la Sociedad Española de Beneficencia, de la Cruz Roja, de la Lonja Mercantil y del Círculo Español. ↩︎
- Agetro afirma que el 12 de septiembre de 1925 los trabajadores de la Compañía Terminal de Veracruz acordaron laborar semana inglesa, la empresa no aceptó, el ejército llegó a resguardar las instalaciones, los obreros impidieron el movimiento de los trenes, el conflicto no creció y se reanudaron las actividades (p. 190). En ninguna otra fuente he encontrado referencia alguna acerca de esto. ↩︎
- En todo momento respetaré la sintaxis y ortografía originales. ↩︎
- Según José C. Valadés, fundador de la Juventud Comunista y notable miembro del PCM entrevistado en septiembre de 1975 por Guillermina Baena Paz (1980), la Local Comunista de Veracruz la integraban cinco personas (p. 222). Bolio Trejo (1959) dice: “los comunistas que conocí en el puerto, en aquella época, se podían contar con los dedos de las manos” (p. 98.) ↩︎
- Fue 5º Vocal del Consejo Federal de Confederaciones de Sindicatos Obreros de la República Mexicana, convocada por el Sindicato de Obreros Panaderos del puerto y creado el 26 de febrero de 1912 (Agetro, 1942). ↩︎
- Para el seguimiento de las aprehensiones e intento de exiliar a Marín y Proal, y acerca de la vida de éste, puede verse De la Mora (2011); y para la vida de Marín puede verse Grant Wood (2005). ↩︎
- A partir de aquí, y hasta en tanto no se afirme lo contrario, las fuentes informativas para la construcción del relato de los hechos enunciados son los números 289 al 308 de Pro-Paria…, correspondientes a enero-junio de 1928. ↩︎


